Tras tres años de sequía, las firmas de inversión vuelven a recurrir a los 'fondtesoros' para ganar nuevos inversores. Invercaixa y Bankia han lanzado en poco más de 15 días dos nuevos productos de este tipo. Los expertos aconsejan aprovechar los repuntes que se vean en las rentabilidades para aumentar exposición.
No. La crisis de la eurozona aún no ha puesto el punto y final a su larga historia que cumple ya dos años. No, ni España ni Italia han puesto el cierre definitivo a sus programas de medidas de ajuste para reducir esos abultados déficit que tanto preocupan a sus vecinos de centro Europa y ya de paso a los inversores. Y no, sus economías no han tocado ni mucho menos suelo - para este año el FMI estima que nuestro país entre en la recesión tras experimentar una contracción del 1,7 por ciento y para Italia pronostica una contracción económica del 2,2 por ciento-. Sin embargo, eso no impide que los inversores empiecen a ver luz al final del túnel y sobre todo que empiecen a discernir el grano de la paja. Es decir, a dejar de pensar en una quiebra de ambos países y empezar a interpretar los bajos precios que ofrecen por colocar su deuda como una oportunidad.
Esto, unido al capote que ha echado el BCE, primero con sus compras de deuda pública periférica (desde agosto, principalmente española e italiana) y más tarde con la subasta de liquidez que realizó para que los bancos pudieran conseguir los préstamos al 1 por ciento para poder afrontar los vencimientos de deuda a los que se enfrentan este año, ha permitido que las compras hayan vuelto al mercado de renta fija periférica. Y una prueba de la creciente demanda se empieza a ver en los nuevos fondos que ofrecen las gestoras a sus inversores.
Hasta ahora había que remontarse al año 2009 para encontrar la última gestora que decidió escoger la deuda pública española como estrategia para lanzar un nuevo fondo al mercado. Pero eso era hasta ahora. En sólo quince días dos firmas españolas han decidido recurrir a la renta fija nacional y pública para componer su nueva oferta de productos de cara a este 2012. La primera fue Bankia Fondos. Lo hizo a finales de enero con Bankia Garantizado 2015, un fondo que asegura el cien por cien del capital invertido y una TAE del 2,75 por ciento, que pretende conseguir invirtiendo únicamente en deuda pública, ya no sólo de España sino también de Italia. Más patriota ha sido Invercaixa. La gestora de la Caixa ha registrado esta misma semana Foncaixa Deuda pública España, un fondo de renta fija no asegurado que invertirá exclusivamente en deuda emitida por el Estado de España, ya que consideran que "los diferenciales de la deuda española se reducirán conforme vayan tranquilizándose las dudas existentes en el entorno financiero europeo", afirman desde Invercaixa. De hecho, incluso en el folleto se cubre frente a futuras rebajas de rating del Reino de España al afirmar que invertirá en estas emisiones "sin ninguna limitación en cuanto a la calidad crediticia que tenga en cada momento". La gran duda es, ¿aciertan las gestoras con el momentum?
Son más los expertos que creen que sí que los que defienden que esta estrategia, tras el último rally, ha agotado ya su potencial. Y para justificarlo se apoyan en la sensación de que lo peor de la crisis de la deuda de la eurozona ya se ha dejado atrás. "Creemos que Europa está siendo capaz de resolver sus problemas", afirma Jim Leaviss, responsable de renta fija de la gestora británica M&G. Y da la receta necesaria: crecimiento económico, austeridad fiscal pero ni en exceso ni demasiado pronto, reestructuración de deuda, inflación y recuperación del crédito. Y de momento, se están dando pasos para cumplir con casi todo ello (el crecimiento sigue siendo la asignatura pendiente).
Cómo lograr un 13% en dos meses
También el mercado parece estar descontado una cierta calma en la deuda periférica de países como España e Italia. Desde aquel 25 de noviembre en el que se especuló con fuerza con la posibilidad de que España fuera la siguiente en requerir de un rescate por parte de la UE después de que la rentabilidad de su bono a diez años, que sube cuando cae su rentabilidad, marcara un máximo del 6,69 por ciento y que la prima de riesgo coqueteara con el nivel de los 500 puntos básicos, el rendimiento de esta deuda se ha relajado hasta niveles del 5,3 por ciento.
Pero es en los plazos más cortos donde más se está notando la distensión. No en vano, la rentabilidad del bono a dos años español ha pasado de su máximo histórico de noviembre en el 6,09 por ciento al 2,71 por ciento actual y el Tesoro español tan sólo ha tenido que pagar en enero intereses del 2,04 por ciento, frente al 4,05 por ciento del mes de diciembre. Una abrupta caída de la que se han beneficiado los inversores que decidieran aprovechar esas fuertes ventanas de oportunidad -hay fondos que se anotan rentabilidades del 13 por ciento en sólo dos meses invirtiendo sólo en deuda pública española- y que está provocando un cambio de mentalidad entre los gestores.
Mejor bonos que letras
Si hace dos meses tenían claro que las oportunidades estaban en las letras del Tesoro, ahora defienden que los títulos que ofrecen a estos precios más potencial son las emisiones a más largo plazo. De hecho, mientras que en Inversis recomendaban en diciembre la compra de letras, ahora ven más oportunidades en las emisiones a más largo plazo. "Para ver atractivo en letras deberíamos ver su rentabilidad en el entorno del 3-3,5 por ciento, similar a lo que ofrecen los depósitos, mientras que en bonos bastaría con verlos en torno al 5,5 por ciento", afirma Alicia Arriero, gestora de Inversis Banco. "En deuda soberana periférica hay niveles atractivos de entrada en España. Si alguien no quiere comprar un bono español al 5 por ciento para qué estar hablando de Telefónica, si no se cree que el Estado vaya a pagar su deuda", confirma Ignacio Méndez, director de análisis de Mirabaud.
De hecho, a diferencia de lo que sucede con las emisiones a dos años, cuya rentabilidad ya se sitúa por debajo del 3,06 por ciento de rentabilidad media que presenta en los últimos cinco años, el rendimiento de los bonos a 10 años aún está por encima de su media del último lustro, que se sitúa en el 4,51 por ciento. Quizá por ello, desde Banif Gestión han decidido aumentar la duración de las emisiones que tienen en cartera. "En octubre empezamos a apostar por deuda española, y consideramos que sigue habiendo valor en ellos, aunque estamos cambiado las letras del Tesoro por los bonos. No queremos nada de gobiernos salvo España", aseguró Pedro Mas, director de Banif Gestión.
En todo caso cualquier repunte de la tensión, que nunca puede descartarse, ha de ser interpretado como una oportunidad para comprar renta fija española. Quienes así lo hicieran en los momentos de máxima tensión del mercado a finales de noviembre, pueden presumir de haber conseguido gracias a ello rentabilidades superiores al 10 por ciento. Por lo menos los que lo hicieran a través de fondos como FonFineco Interés, BK Fondtesoro Largo Plazo o Amundi Fondtesoro Largo Plazo, que consiguen desde entonces ganancias del 13,12 y 10 por ciento. Además, el fondo de Bankinter presume de haber obtenido en los últimos doce meses rentabilidades del 7 por ciento.
Unas ganancias que siempre parecen tener a favor la veintena de fondtesoros que se comercializan en España. Tanto es así que, con crisis o son ellas, sólo en uno de los últimos diez años estos productos han cerrado con pérdidas. Fue en 2006, en pleno rally bursátil, y los números rojos tan sólo se quedaron en el 0,34 por ciento. Ahora consiguen en poco más de un mes más de la mitad de lo que ganaron en todo 2011.