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El desnudo de la banca con la reforma financiera no mejora su consejo bursátil

  • Las peores recomendaciones están Bankinter, Sabadell y Popular

La banca española encontró en la reforma financiera la ocasión perfecta para desnudarse y demostrar que no todas las entidades se encuentran en la misma situación.

Las tres mayores, Santander, BBVA y Grupo La Caixa, fueron las primeras en lavar su imagen al cifrar el impacto del ladrillo en un total de 14.570 millones de euros, cerca de un 30 por ciento del saneamiento que se exige al conjunto del sector. Sin embargo, este ejercicio de transparencia no ha servido, por el momento, para que mejoren las recomendaciones de los expertos ante el temor de que tengan que fusionarse con entidades menos saneadas.

Eso sí, lo que ha traído la nueva normativa ha sido mejoras de su valoración y una pronunciada relajación en los seguros contra el riesgo de impago.

Las entidades que se han pronunciado hasta ahora (Santander, BBVA, Grupo La Caixa, Unicaja, Sabadell, Kutxabank, Popular, Bankinter, Cívica e Ibercaja) concentran sólo unos 26.400 millones de los 50.000 millones de euros que el ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo que había que provisionar.

Bankia es el único banco que queda por comunicar la cuantía que necesita
para cubrir las pérdidas derivadas de los activos inmobiliarios y el que genera una gran expectación al ser previsiblemente una de las entidades problemáticas que tendrá que fusionarse. Un riesgo que existe y que imposibilita de momento el que se aprecien mejoras en las recomendaciones de la banca española, donde sólo BBVA y Cívica -aunque con un menor seguimiento- evitan la recomendación de venta al aconsejar los expertos mantener sus títulos en cartera.

¿Balón de oxígeno?

El rápido ejercicio de transparencia de la banca española -con la excepción de Bankia, que se ha limitado a afirmar que cumplirá con los requisitos adicionales sin recurrir a movimientos corporativos, aunque se estima que se situarán en alrededor de 7.000 millones- ha supuesto una relajación en los seguros contra el riesgo de impago (CDS), que se mantienen en niveles del verano.

La eliminación de incertidumbres y la promesa de que cumplirán a lo largo de 2012 las exigencias de la reforma sin necesidad de pedir ayudas ha hecho posible que, por ejemplo, el CDS de Santander haya descendido desde los 262 a los 230 puntos básicos en lo que va de mes y de los 265 a los 240 puntos en el caso de BBVA. Lejos quedan los 357 y los 361 puntos básicos a los que comenzaron 2012.

A la relajación de los seguros de impago hay que sumar también una oleada de revisiones de valoración.

Ayer Goldman Sachs fue una de las casas de análisis que se lanzó a revisar al sector y realizó cambios en varios bancos europeos (Santander, BBVA, Bankinter y Sabadell, entre ellos). La norteamericana elevó desde los 7,68 a los 8,75 euros el precio objetivo del primer banco español y de los 9 a los 10,25 euros en el caso de la entidad presidida por Francisco González. Igualmente mejoró la valoración de Bankinter hasta los 4,45 euros por título, desde los 3,85 euros, e incrementó el precio teórico de Sabadell desde los 2,8 a los 3,2 euros por acción.

¿Momento para comprar?

La reforma financiera puede mejorar la percepción de la banca española en el exterior, pero no parece ser suficiente como para solucionar todos los problemas que arrastra el sector y que los expertos den señales de entrada.

"Las dudas sobre bancos españoles vienen en estos momentos por la calidad crediticia, el desapalancamiento del sistema y los altos múltiplos a los que cotizan. Esta ley lo que hace es avanzar en el primer problema, pero no se soluciona totalmente porque no sabemos las necesidades de provisiones a futuro, que podrían ser muy elevadas", explica Ignacio Moreno, analista de bancos de Citi. Además, hay quienes todavía se mantienen algo escépticos con que puedan asumir por sí mismos los requerimientos de la reforma. "El sistema financiero español necesitará entre 10.000 y 15.000 millones de euros de apoyo público para acometer el saneamiento. Esperamos que salvo los bancos más fuertes (Santander, BBVA y Bankinter), la mayoría de las entidades serán incapaces de cubrir con los requerimientos en diciembre de 2012, lo que llevaría a una oleada de fusiones", asegura en un informe Barclays Capital.

Precisamente, el fantasma de las fusiones es lo que puede mermar el atractivo que tienen los grandes bancos, caracterizados por su amplio negocio internacional. Aún así, desde IG Markets recomiendan permanecer al margen del sector dada la gran incertidumbre que existe todavía y teniendo en cuenta que, tal y como asegura Daniel Pingarrón, analista de la firma, "Santander, BBVA y CaixaBank están llamadas a adquirir entidades de menor tamaño, desplazando parte de su gran solvencia a otras más pequeñas que no puedan continuar en solitario, diluyéndose gran parte de su fortaleza inicial".

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