
El Banco Central Europeo (BCE) celebra hoy la segunda reunión de 2012 con un orden del día muy propio de los tiempos actuales. Porque sólo así se explica que lo más habitual, como son las decisiones sobre los tipos de interés, será lo de menos, ya que lo poco convencional, como es todo lo relativo a su extraordinaria política de liquidez y a Grecia, será lo de más.
Es lo que tiene la crisis, que está poniendo todo -o casi- del revés. Sobre los tipos, sería una sorpresa que la entidad presidida por Mario Draghi los moviera del 1 por ciento al que los rebajó en diciembre. "Creemos que el BCE se dedicará a esperar y ver durante un mes y consideramos que todavía es posible que recorte los tipos un cuarto de punto, hasta el 0,75 por ciento, en marzo, cuando las previsiones de crecimiento para este año sean revisadas a la baja", sostienen los expertos de Royal Bank of Scotland.
Esta estrategia de esperar y ver está supeditada a dos cuestiones. La primera, la evolución de las negociaciones sobre la reestructuración de la deuda pública griega, de las que el BCE está más que pendiente no sólo por lo que suponen para el futuro de la eurozona, sino también porque la institución tiene 50.000 millones de euros en bonos helenos en su balance.
Y la segunda, el resultado del préstamo a tres años que la institución ofrecerá a la banca el próximo 29 de febrero. En este sentido, Draghi deberá definir hoy las garantías que el BCE exigirá a los bancos como requisito para prestarles dinero. "Se espera que Draghi aclare el tipo de contrapartidas para la operación de este mes, lo que mostraría su disposición a ofrecer una sustancial liquidez a los mercados", anticipa José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.
Es decir, cuanto más dinero esté dispuesto a suministrar a los bancos europeos, más laxas serán las condiciones exigidas. En el anterior préstamo, realizado el 21 de diciembre, la entidad inyectó 489.200 millones a los bancos; para el próximo, los pronósticos contemplan que el volumen oscile entre los 500.000 millones y el billón de euros.
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Pero la reunión del BCE no es la única que figura hoy en la agenda de la banca central. Otras tres entidades también celebran sus reuniones de política monetaria. Sobresale la del Banco de Inglaterra, puesto que se espera que amplíe en 50.000 millones de libras, hasta los 325.000 millones, su programa de expansión cuantitativa o creación de dinero. Esta cantidad adicional perseguiría estimular el crecimiento de Reino Unido.
"La economía británica está débil, pero los datos recientes sugieren que se ha dado la vuelta y que no volverá a la recesión. Con todo, la recuperación será gradual y se espera una extensión de 50.000 millones en el programa de compra de activos", argumentan los expertos de Barclays Capital.