La semana pasada ocurrieron cosas interesantes en los mercados financieros en todos sus frentes más relevantes. Hubo cambios significativos en el mercado de divisas, en el de renta variable, en el de renta fija y también en el de materias primas.
Vamos por partes. En el de renta variable lo más llamativo fue ver como a finales de la semana pasada el mercado español se quedó a las puertas de batir resistencias como son los 17.700 en el Ibex Top Dividendos y los 8.740 en el Ibex 35, cuya ruptura abriría la puerta a un escenario de alzas adicionales hasta la zona de los 9.300 puntos. Algo que hace tiempo que favorecemos a tenor de como se vienen comportando sus homólogos europeos y norteamericanos.
Las buenas sensaciones en la bolsa española contrastan con lo que puede verse en el Nasdaq 100 al otro lado del Atlántico, que alcanzó la zona de los 2.480 puntos, la tangencia con la resistencia creciente que viene frenando las subidas a lo largo de los últimos meses. A buenas horas, con el Nasdaq 100 en plena zona de resistencia y con una elevada sobrecompra, el Ibex 35 trata de apuntarse a las subidas.
En estas situaciones hay que ser prudente ya que su ruptura puede ser vulnerable, aunque cabe la posibilidad de que el Ibex 35 trate de recuperar el spread perdido y lo haga mejor que el resto de índices.
En divisas, lo más destacable fue ver la confirmación del giro alcista del euro frente al dólar, que podría tener recorrido por delante y esto podría ayudar a la renta variable a proseguir con sus subidas.
Las materias primas comienzan a despertar tras varias semanas moviéndose lateral. El S&P GSCI se mantiene por debajo de la resistencia clave de los 675 puntos, pero si atendemos al giro alcista en el DBC, todo apunta a que podría ser batida.