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¿Cómo es posible? El seguro contra el impago de Grecia... ¡cae un 53% en seis semanas!

  • Algunos expertos creen que hay riesgo de que el CDS no sirva para nada

A la espera de conocer el resultado final de las negociaciones entre Grecia y sus acreedores privados, los inversores ya se están moviendo en los mercados ante lo que pueda ocurrir. Y entre las reacciones más 'sorprendentes' figura la del seguro de crédito contra el impago heleno (CDS).

Según los datos de la plataforma CMAN, el pasado 12 de diciembre el CDS griego elevó su máximo histórico hasta los 11.310,3 puntos básicos. Ningún otro seguro del mundo alcanzaba un nivel similar; ni siquiera se le acercaba, porque el segundo CDS más alto, el de Portugal, se encontraba entonces en los 1.115 puntos básicos. Esta diferencia entre ambos y el alto precio en el que se encontraba la cobertura sobre la deuda helena evidenciaban la profunda desconfianza de los inversores con respecto a las posibilidades de Grecia. Convencidos de que no podría pagar su deuda, compraban CDS para protegerse -o especular sin tener deuda helena en la cartera- y eso alimentaba la ascensión del precio del seguro.

Ayer, apenas seis semanas después y en plena negociación entre Atenas y los acreedores privados para resolver la quita de la deuda helena, el CDS de Grecia se encontraba... en los 5.268,4 puntos, esto es, ¡un 53,4% más bajo! ¿Cómo es posible? ¿Responde a la posibilidad de que ambas partes alcancen un acuerdo tan positivo que los inversores hayan reforzado su confianza en la situación griega? Tal vez. Pero no es el motivo principal. Según los expertos, hay otro: el riesgo de que el CDS no sirva para nada. Es decir, que sea un seguro que no asegure.

Peligrosa onda expansiva

Supuestamente, un seguro de crédito proteje a su titular del impago que pueda registrar la deuda que tiene en cartera. Eso sí, para que esa cobertura sea efectiva, debe acreditarlo el correspondiente perito. En este caso, el perito es la Asociación Internacional de Derivados y Swaps (ISDA, en sus siglas en inglés). Si ésta oficializa el impago o el evento de crédito, el CDS se activa y su titular recibe el dinero correspondiente. Pero si no lo certifica, el CDS no se activa y, por tanto, su titular posee un seguro que en realidad no le ampara.

Este segundo riesgo es el que temen en este momento los titulares de CDS griegos, de ahí la estampida vendedora vista en las últimas semanas. "¿Y si la ISDA, en cuya organización se encuentran entidades que han vendido seguros de crédito, no define la quita helena como evento de crédito y el CDS no sirve para nada?", se pregunta un experto de una firma de inversión española que prefiere no ser identificado. De hecho, en las negociaciones actuales hay partes, principalmente representadas por fondos de inversión, que no desean un pacto, porque eso garantizaría la cobertura de los CDS que poseen. "Hay acreedores que estarán más interesados en que no haya acuerdo para que se activen los seguros de crédito", admite José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. "Si tienes cobertura comprada hace tiempo te puede interesar el default. Ésta es la clave para que el acuerdo se aplace: muchos inversores no lo quieren, si no que prefieren que finalmente sea un evento de crédito", reconoce igualmente José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.

Pero no acaba ahí la cosa. ¿Y si estos acreedores se salen con la suya y acaba siendo un evento de crédito? En ese caso, la pelota pasará al tejado de las entidades vendedoras de seguros de crédito, que tendrán que atender esas coberturas. "¿Tendrán dinero suficiente para hacerlo? Me temo que no, y que el impacto para el sector financiero sería semejante al provocado por la quiebra de Lehman Brothers", advierte el experto que quiere mantener el anonimato.

Las negociaciones continúan. Las conversaciones entre Atenas y los acreedores privados parecen estar cerca de cerrarse. Y toda Europa está pendiente de resolución. En especial, Portugal y el Banco Central Europeo (BCE), como principal acreedor público de Grecia, a los que les va mucho en ello. ¿Por qué motivo? Porque no es sólo el futuro de Grecia el que está en juego en las reuniones.

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