
El Banco Central Europeo (BCE) mantiene su firme oposición a asumir pérdidas en la reestructuración de los bonos griegos, ya que asegura que la institución adquirió deuda helena únicamente con fines de política monetaria.
Así lo han asegurado a Bloomberg dos personas próximas al banco central, después de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) haya apuntado hoy que los acreedores del sector público de Grecia podrían verse obligados a participar en la reestructuración.
El BCE considera que unirse a los inversores privados a la hora de aceptar pérdidas sobre la deuda griega dañaría la confianza de la institución.
Esta mañana, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ha apuntado que los acreedores del sector público de Grecia podrían verse en la obligación de participar en una reestructuración de su deuda si la quita negociada con los tenedores de bonos privados no es suficiente para hacer que los pasivos de Atenas sean sostenibles.
"Si el nivel de deuda griega del sector privado renegociado no es el suficiente, entonces los tenedores de deuda griega del sector público deberán participar también en los esfuerzos", ha agregado en declaraciones que recoge Reuters. La intención es perdonar a Grecia el pago de unos 100.000 millones de euros.
Lagarde ha señalado que los intentos de reforma de los países europeos tales como imponer un cortafuegos para frenar el contagio de su crisis de deuda eran cruciales para la salud de la economía mundial, pero que otros países también necesitaban hacer esfuerzos.
Ayer, la Unión Europea advirtió de que obligará a todos los grandes partidos políticos griegos a que se comprometan a respaldar nuevos ajustes económicos como condición para aprobar un segundo rescate, que ascenderá a 130.000 millones de euros, para garantizar que se apliquen gane quien gane las próximas elecciones.