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España cubre con una única subasta el 8% de todos sus vencimientos de 2012

Hay hambre de deuda española. O eso es al menos lo que parece cuando uno analiza los resultados de la primera subasta de renta fija del año a la que se enfrentó el Tesoro español. No sólo consiguió colocar su deuda (a tres, cuatro y cinco años) a un tipo de interés inferior al de las subastas anteriores. También logró captar mucho más de lo previsto. Concretamente, el doble ya que se había fijado un objetivo máximo de 5.000 millones de euros y finalmente logró 9.980 millones a través de las tres emisiones, el 8% de todos los vencimientos de deuda a los que se enfrenta en 2012 (ver gráfico).

La de mayor cuantía fue la de bonos a tres años. Vendió 4.200 millones de los más de 7.000 millones solicitados, lo que supuso que la demanda superó en 1,8 veces la oferta. Y eso a pesar de que pagó un interés de sólo el 3,38%, frente al 4,02% de la anterior subasta, lo que supone el rendimiento más bajo en una subasta de este tipo desde febrero del año pasado.

El mismo éxito se repitió también en las otras emisiones que adjudicó el Tesoro. Colocó 2.500 millones de euros en renta fija a 4 años a un tipo de interés del 3,74% y con una demanda que superó en 2,21 veces la oferta, y 3.211 millones de euros en bonos a cinco años (con vida residual a cuatro) por los que pagó un interés del 3,91%.

Primer objetivo, cumplido

¿A qué se debió semejante éxito? Depende de a quién se pregunte. Algunos lo interpretan como la prueba de que la crisis de deuda soberana está más cerca de alcanzar su resolución final; otros consideran que se trata de otra prueba más de que los mercados valoran muy positivamente las medidas de ajuste anunciadas hace unas semanas por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Pero lo cierto es que la razón del éxito de la subasta de ayer obedece principalmente a un único factor: la liquidez que ha otorgado el BCE en forma de préstamos a los bancos europeos, que le ha permitido dejar de preocuparse sobre la difícil cuestión de cómo afrontar los vencimientos a los que se enfrentan este año. El negocio es muy sencillo: reciben préstamos al 1% del organismo presidido por Mario Draghi y luego compran deuda pública a más del 3%.

"Básicamente, la única razón de que haya ido tan bien es la abundante liquidez del BCE, y con otra subasta (de liquidez a tres años) en febrero, por ahora el mercado parece muy complaciente", explicó a Reuters Michael Leister, estratega de DZ Bank.

Una idea que también defiende Miguel Paz, director de Unidad de Gestión de Unicorp. "Es una clara demostración de que el objetivo encubierto de QE del BCE a través de las subastas en plena adjudicación estaría cumpliendo su función lo que debería relajar el riesgo de falta de dinero para las ingentes cantidades de refinanciación que tienen los estados europeos a lo largo de este año". Queda por ver, sin embargo, si se cumple el segundo objetivo que perseguía la subasta de liquidez del BCE: que fluyera el crédito a las familias y empresas.

Italia también triunfa

En todo caso, el Tesoro español no fue el único que triunfó en el mercado. También lo hizo el italiano. Colocó 8.500 millones de euros en letras a 12 meses y 3.500 millones en letras a seis meses. Y por ello pagó rentabilidades del 2,73% en el primer caso, un 50% menos que en su anterior subasta de deuda de este tipo, y un 1,64% en el segundo caso. Incluso Hungría, de quien hace tan solo una semana se especulaba con que sería el primer país de fuera de la zona euro en ser rescatado, salió más o menos airoso de su subasta de deuda a tres, cinco y diez años ya que consiguió 181 millones de euros, 11 más de los previstos inicialmente. Y mientras Portugal, aprovechó la coyuntura para elevar la cantidad de sus emisiones de letras a tres, seis y once meses que llevará a cabo la próxima semana. Antes pretendía emitir de 1.500 a 1.750 millones y ahora ha elevado esa cantidad hasta los 2.000-2.500 millones de euros.

La buena acogida que tuvieron las subastas, sobre todo la española y la italiana, se dejaron sentir en las primas de riesgo de sus bonos a diez años con respecto al alemán. La española encadenó su cuarto recorte consecutivo y despidió la sesión en los 329 puntos básicos. Por su parte, el diferencial de la deuda italiana con respecto al bund experimentó su tercera sesión consecutiva a la baja, lo que le permitió despedirse del psicológico nivel de los 500 puntos básicos y cerrar la sesión en los 480 puntos. En ello influyó mucho el fuerte recorte que experimentó el bono italiano a diez años. Su rentabilidad, que sube cuando cae el precio, se contrajo hasta el 6,63% frente al 6,98 del día anterior. Lo mismo sucedió con el español a diez años, cuyo rendimiento pasó en sólo 24 horas del 5,32 al 5,13%.

No obstante, la distensión en el mercado de deuda periférica no supuso el aumento de la tensión en el mercado de renta fija más seguro. Si bien la rentabilidad del bund repuntó lo hizo mínimamente, del 1,81 al 1,83%. "Existen algunas divergencias. El Tesoro alemán también ha celebrado dos subastas muy exitosas esta semana, siendo especialmente llamativa la rentabilidad negativa que pagó en las letras a 6 meses, y que sólo se explica por una aversión extrema a los activos de riesgo", apunta Daniel Pingarrón, de IG Markets.

Las próximas citas

Por ello, frente al éxito de las de ayer, conviene no olvidar que éstas sólo sirvieron para testar el mercado de deuda. Hoy mismo Italia subasta deuda a tres y siete años, por lo que verá si, al igual que ha sucedido con España, convence a los inversores más allá del corto plazo. Por otra parte el próximo día 18 de enero, España emitirá letras a 12 y 18 meses. Y el viento para la deuda a corto plazo también está a su favor ya que la rentabilidad del bono a 2 años cayó ayer por debajo del 3%.

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