Si la evolución del año de un mercado dependiera de su comportamiento en la primera sesión del año, se podría afirmar que 2012 será un año de distensión en la deuda pública española y también en la italiana.
La prima de riesgo española cerró ayer su primera sesión del nuevo año con una caída de los 325 a los 320 puntos. Y eso a pesar de que la rentabilidad del bono a diez años experimentó un leve repunte, hasta el 5,1 por ciento. Por su parte, el diferencial del bono italiano con respecto al alemán también consiguió cerrar su primera jornada del año con un retroceso que, en este caso, le llevó incluso a situarse temporalmente por debajo de los 500 puntos básicos. No obstante, no consiguió mantenerse por debajo de este nivel al cierre y despidió sesión en los 501 puntos. La rentabilidad de su deuda a diez años consiguió así alejarse del nivel del 7 por ciento y despidió la jornada en el 6,91 por ciento, poniendo fin a una racha alcista de ocho sesiones consecutivas .
A juzgar por estos datos, parece que los inversores no sólo han decidido iniciar el año comprando acciones (ver página 16) sino también deuda periférica. Y eso a pesar de que cada vez cuentan menos con el respaldo del BCE.
De hecho, el organismo presidido por Mario Draghi anunció ayer que en la última semana de 2011 adquirió 462 millones de euros en deuda pública. Y si bien es cierto que la cantidad es muy superior a los 19 millones de euros que adquirió una semana antes, también fue la segunda cifra más baja de todo el año pasado.
Con esta reducción en el número de compras, parece que el banco central da por descontada una distensión en la crisis de deuda pública.
Las primeras subastas del año
Esta distensión también hoy se podría reafirmar con las subastas de deuda que llevan a cabo países considerados seguros, como Francia y Holanda. La primera emitirá letras a 3, 6 y 12 meses y la segunda se enfrentará al mercado con una subasta de deuda a 3 y 12 meses.
La caída de la prima de riesgo facilita el retorno de las emisiones
