Bolsa, mercados y cotizaciones

El mercado ve clave la subasta de hoy de Italia para la estabilidad del euro

Todo apuntaba ayer a que Europa viviría otra sesión alcista. No se esperaban referencias macroeconómicas ni en el Viejo Continente, ni en EEUU y todo apuntaba que lo único en lo que se fijarían los inversores para optar por las compras o las ventas sería el resultado de las dos subastas de deuda a las que se enfrentaba el Tesoro italiano.

Pero el hecho de que dicho resultado fuera más que positivo no fue suficiente para calmar las dudas de los inversores, que no sólo vendieron bonos, sino también bolsa.

Pero vayamos por partes. Italia se había marcado el objetivo de colocar 11.500 millones de euros en deuda a corto plazo (letras a seis meses y bonos a 2 años), el equivalente a la fuga de capitales que ha sufrido el país en lo que va de año, según la Guardia de Finanzas. Lo consiguió y, además, lo hizo pagando hasta un 50% menos y con una demanda superior a la de las anteriores subastas de este tipo. En concreto, vendió 9.000 millones de euros en letras a seis meses a un tipo interés del 3,25%, la mitad del 6,50% que tuvo que abonar en noviembre por esta misma deuda.

También con un fuerte descuento, del 38% en este caso, consiguió colocar sus bonos a dos años. El hecho de que su interés cayera hasta el 4,85%, frente al 7,81% de la anterior emisión, no impidió que consiguiera vender 1.733 millones de euros, muy cerca del máximo que se había previsto colocar. Además, este recorte de rentabilidades no evitó que el Tesoro italiano recibiera una avalancha de peticiones para la subasta. Tantas que la demanda superó en 1,67 veces la oferta en las letras a seis meses y en 2,24 veces en lo que respecta a los bonos a 2 años.

Confianza en descenso

La reacción del mercado de renta fija no se hizo esperar. La alegría hizo acto de aparición, sobre todo en la periferia europea, y esto incluso provocó que la prima de riesgo del bono italiano con respecto al alemán cayera por debajo de los 500 puntos. Sin embargo, lo cierto es que el ánimo alcista de los inversores de deuda fue disipándose a medida que avanzaba la sesión y crecían las dudas... ¿Por qué?

Para empezar, el récord de dinero que la banca depositó el martes en el Banco Central Europeo (BCE), ya que eso supone que esa cantidad, mucha prestada precisamente por el BCE, no se trasladará ni a familias ni a empresas (ver página 17). Por no mencionar los enésimos rumores que apuntaban a una bajada de rating de algún país europeo, nunca identificado.

Otra razón fue la fuerte caída del euro, que perdió el nivel de los 1,30 dólares, al cerrar en los 1,29 dólares, mínimo desde el 7 de enero de 2011, tras una apertura bajista en Wall Street.

Aunque no fue el billete verde la única divisa frente a la que se debilitó. También lo hizo ante el yen, al perder un 0,8 por ciento hasta los 100,92 yenes, marcando así su cota más baja desde el año 2001.

Y la tercera, que también justifica esa fuerte caída del euro, fue que a medida que avanzó la sesión, aparecían más voces que incidieron en que la verdadera prueba de fuego del Gobierno italiano no era la subasta que celebró ayer, y de la que salió más que airoso, sino las emisiones de deuda a largo plazo que llevará a cabo hoy.

La verdadera prueba

"La parte fácil de las subastas italianas fue la de ayer, pero la verdadera prueba para medir el apetito de los inversores hacia la deuda italiana es hoy, cuando se subasta deuda a plazos superiores a los tres años", afirma Peter Boockvar, estratega de renta variable de Miller Taback&Co, en declaraciones a Bloomberg.

"El euro ha caído con fuerza sin que exista un motivo claro o específico para ello. La subasta italiana de bonos a más largo plazo de hoy será clave para establecer si los bancos van a utilizar la inyección de liquidez de la semana pasada del BCE en comprar títulos de deuda soberana", afirma Daniel Pingarrón, de IG Markets. No en vano, el Tesoro italiano despedirá el año con nada menos que cuatro subastas de deuda, con las que intentará conseguir 1.000 millones en bonos a siete años, 3.000 millones en bonos a tres años, 2.500 millones en obligaciones con vencimiento en 2022 y 2.000 millones más en títulos a 10 años.

Y, teniendo en cuenta que los buenos resultados de la subasta de ayer de deuda a corto plazo no se dejaron notar en el mercado secundario, lograr este objetivo pagando menos intereses que en anteriores ocasiones no será fácil. Además, será en estas subastas de deuda a largo plazo en las que se verá si realmente los bancos están utilizando los préstamos del BCE a tres años para adquirir deuda pública de los países de la periferia europea.

"El problema de Italia y España no es de solvencia, sino de confianza, y es esa crisis de confianza, así como la recesión a la que se enfrenta, los catalizadores del riesgo que presentan", afirman desde Barclays. Y de momento esa confianza brilla por su ausencia, ya que, pese a la relajación de las primas de riesgo española e italiana de los primeros compases de la sesión, la italiana acabó con repuntes, hasta los 510 puntos, pese a que la rentabilidad de sus bonos se mantuvo sin cambios con respecto al martes. La prima de riesgo española, sin embargo, sí cayó y lo hizo hasta los 325 puntos básicos.

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