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La prima española vuelve a caer tras la subasta del tesoro: 315 puntos básicos

España comenzó la semana olvidándose al menos por un día de los problemas que siguen azotando a la eurozona. Comenzó mirándose el ombligo, pues ayer tocaba la escenificación en el Congreso de los Diputados del cambio de legislatura, y optó por hacerlo poniéndose optimista en el lado de la renta fija, frente a las mayores dudas que registró la bolsa.

Así lo reflejó la prima de riesgo española, medida por el grado de exigencia de los inversores al bono a diez años español respecto al alemán, que encadenó su tercera sesión consecutiva a la baja. 

Hoy la tendencia continúa y tras la subasta del tesoro, en la que se han colocado más millones de lo previsto inicialmente y a una rentabilidad sustancialmente inferior, se sitúa en los 315 puntos básicos, un 4% menos que la cifra con la que se cerró ayer el mercado.

Las caídas y sus implicaciones

Este indicador del miedo de los inversores -el interés adicional que se exige al bono se incrementa cuando se percibe mayor riesgo de impago de un país-, ha comenzado la sesión en 329 puntos básicos (o 3,29 puntos porcentuales) y ha ido retrocediendo a lo largo de la jornada gracias al buen sabor de boca dejado por la subasta del Tesoro.

La prima de riesgo se encuentra ahora en 315 puntos básicos, su nivel más bajo desde el pasado día 6, en vísperas de la cumbre europea de diciembre.

El retroceso de la prima de riesgo española por debajo de los 330 puntos tiene una connotación positiva adicional, pues sirve para subrayar que los inversores están diferenciando cada vez más a España respecto al otro país de la UE demasiado grande para caer, Italia. Ayer, la distancia entre el bono italiano a diez años y su homólogo alemán volvía a ampliarse, al alcanzar ésta los 495 puntos básicos. Ahora, la brecha que separa a la deuda emitida por el Estado español y el transalpino es de 157 puntos básicos muy cerca de los 166 marcados ayer, que es la mayor distancia entre ambos desde la creación del euro. Este dato histórico puede haber sido decisivo para la última subasta del año que tenía programada el Tesoro para esta mañana, en la que ha colocado 5.640 millones en letras a tres y seis meses frente a los 4.500 millones del máximo previsto.

Por otra parte, el repunte en la demanda de bonos daba así continuidad a las compras de deuda soberana europea que ya se habían visto a lo largo de la semana pasada. Desde Unicorp, el analista Miguel Paz destaca el hecho de que dichas compras no hubieran estado acompañadas de subidas en la renta variable (en el caso español, el Ibex cerró la semana con caídas superiores al 5%, mientras que la prima de riesgo retrocedía 31 puntos en el mismo periodo). "Los índices de renta variable estaban en mitad de la nada, y no era momento de arriesgar. La oportunidad estaba en los bonos", explicó, mientras que recordaba que, al celebrar hoy el BCE la primera adjudicación plena de liquidez a 36 meses, "los bancos han aprovechado las altas rentabilidades de los bonos para comprar deuda europea (no sólo de periféricos) con la intención de descontarlos al 1 por ciento en la ventanilla del BCE y llevarse gratis el diferencial".

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