
El Senado de EE.UU. tras superar agrias disputas sobre a quiénes y a cuántos estadounidenses beneficiará el plan de reactivación, ha aprobado por abrumadora mayoría (81 votos a favor y 16 en contra) un plan de estímulo económico que dará reembolsos tributarios a millones de trabajadores, ancianos y veteranos discapacitados, en un esfuerzo por conjurar la recesión.
La medida pasa ahora a la Cámara de Representantes para posteriormente ser enviada al despacho presidencial, según fuentes legislativas. Complacido con la votación, el presidente George W. Bush aseguró que el plan es un ejemplo de la cooperación bipartidista y "ayudará a estimular el consumo y a acelerar una necesitada inversión empresarial". Por su parte, el secretario del Tesoro de EE.UU., Henry Paulson, dijo que, en cuanto se apruebe por ambas cámaras del Congreso, "el Servicio de Rentas Internas (IRS) comenzará a enviar los pagos a más de 130 millones de estadounidenses".
Servicio de Rentas Internas
Paulson indicó que el IRS podrá hacer frente, de forma simultánea, a la recepción de declaraciones de impuestos -ejercicio obligatorio para estas fechas- y a los reembolsos tributarios. Se prevé que la entrega de reembolsos, de hasta 600 dólares para individuos, 1.200 para parejas y 300 dólares por cada hijo, comience en mayo y quede completada en el verano.
Los reembolsos dependerán del ingreso salarial y del tamaño familiar, por lo que los más ricos recibirán menos o nada. Así, en pleno año electoral, los cheques llegarán como "agua de mayo" para millones de estadounidenses en momentos en que la primera economía del mundo afronta una ralentización y amenaza la salud de otros países, principalmente en México y las naciones industrializadas. El plan, sobre el que insistió la Casa Blanca, fue aprobado en medio de crecientes señales de esa ralentización económica, agravada por la crisis inmobiliaria y el alza en los precios del crudo. Ese acuerdo fue alcanzado un día después de que los republicanos bloquearan la versión que impulsaban los demócratas, quienes insistieron, sin éxito, en ampliar los beneficios para los desempleados, de 26 semanas de subsidio a 39.
La iniciativa fue aprobada después que los senadores alcanzaran, casi a velocidad de la luz, un acuerdo que modificó la versión que aprobó la cámara baja el mes pasado. De esta forma, el plan ahora incluye reembolsos tributarios para 20.000 ancianos y 250.000 veteranos discapacitados, dos grupos demográficos antes excluidos.
Por el contrario, los inmigrantes indocumentados no tendrán derecho a recibir estos cheques de reembolso. También quedaron de lado las exigencias demócratas de incluir subsidios para que la gente pobre pudiese costear sus gastos de calefacción. A cambio, los republicanos aceptaron eliminar mayores incentivos fiscales para el empresariado.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, aseguró que los demócratas han cumplido su promesa de votar un plan de manera oportuna y dirigido a quienes más lo necesitan. "No pido disculpas por luchar por un alivio económico que alcance al mayor número de estadounidenses posible. Si hubiésemos escuchado el consejo de la Casa Blanca, y de los republicanos del Congreso, 20 millones de ancianos y 250.000 veteranos discapacitados hubiesen quedado fuera" del plan, afirmó Reid. Sin embargo, los detractores del plan consideran que este llega demasiado tarde y que no es suficiente para incentivar el consumo. "A los congresistas, la administración Bush y los candidatos presidenciales se les ha olvidado una cosa: nada de que lo que compre la gente está hecho en EE.UU.", se quejó Alan Tonnelson, del Consejo de Negocios e Industrias.