
Primero se esperaba demasiado de la Cumbre de la Unión Europea (UE) que se ha celebrado esta semana; luego se esperó demasiado poco; y por eso el simple hecho de que los miembros de la UE consiguieran alcanzar un acuerdo, que pilló por sorpresa a muchos, fue suficiente para que los inversores que en los días previos habían optando por vender, decidieran regresar al mercado.
Y con fuerza, ya que hay que recordar que el jueves el Ibex 35 cerró con su segunda mayor subida del año. Sin embargo, todo lo que sube tiende a bajar y quizá por ello esos mismos inversores optaron ayer por deshacer parte de las posiciones que tan sólo un día antes habían comprado masivamente, lo que explica que el índice español despidiera la jornada con un retroceso del 0,5 por ciento. Unas ventas de última hora que no impidieron, sin embargo, que el principal índice español acabara la semana con una rentabilidad del 4,2 por ciento, el mejor rendimiento semanal desde la última semana de septiembre, por encima de los 9.000 puntos y acercándose a su resistencia de los 9.300 puntos.
"Estamos inmersos en el rally de fin de año que llevamos anunciando desde hace semanas", afirma Miguel Paz, de Unicorp, e incluso pronostica que la situación del sector bancario mejorará a corto plazo. "El mercado se había puesto a descontar escenarios tan negativos que cualquier noticia que aparezca será tomada de forma positiva", afirma este experto.
Pero, ¿hacia dónde pueden volver los índices? "La bolsa volverá a los niveles que tenía antes de la corrección que se inició en agosto", afirma Mark Burgess, director de inversiones de Threadneedle. Eso sí, eso no implica que no se produzca alguna que otra corrección cuando se digiera la euforia inicial que ha supuesto el acuerdo de la UE. "¿Es suficiente?", se pregunta Ryan Hughes, gestor de fondos de Skandia. Y él mismo se da la respuesta: "Los líderes europeos han comprado tiempo, pero no ha desaparecido el riesgo de que Grecia necesite ayuda en los próximos 12 ó 18 meses o que las economías de la eurozona entren en recesión". Y es que si bien las soluciones alcanzadas en la UE en cuanto a la crisis de la eurozona -recapitalización de la banca, aumento de la cuantía del Fondo de Rescate y reestructuración del 50 por ciento de la deuda griega- respondieron a buena parte de las exigencias de los mercados, no lo hicieron en un cien por cien. "La crisis ha subrayado los problemas estructurales de la eurozona, ¿cómo va a funcionar el sistema sin una integración política y fiscal?", se pregunta Burgess.
El problema de la deuda no desaparece
Por no mencionar que el objetivo de la reestructuración de la deuda griega del 50 por ciento es sólo para reducir la deuda sobre el PIB de Grecia para 2020 al 120 por ciento. Una cifra que no es precisamente buena. Además, está de fondo el problema de Italia. El país transalpino sigue despertando desconfianza entre los inversores a pesar del acuerdo de la UE y de su plan light de medidas de ajuste. Una prueba de ello se ve en los crecientes problemas que tiene para vender deuda en el mercado. Ayer tuvo que pagar un 6,06 por ciento por colocar sus bonos a 10 años, la rentabilidad más alta de su historia. "La línea divisoria sigue situándose en Italia. Aún cuando Italia se ha visto forzada a comprometerse a un presupuesto para 2012 con un incremento de la edad de jubilación, su cumplimiento sigue siendo un problema, a lo que se suma la previsión de inestabilidad política, ya que puede que el primer ministro Silvio Berlusconi dimita", afirman en Saxo Bank.
Tampoco España ha salido de la línea de fuego. Las compras de deuda que está llevando a cabo el BCE desde principios de agosto están permitiendo mantener la rentabilidad del bono en el entorno del 5-5,5 por ciento, pero no se está traduciendo en caídas. Ni siquiera en una semana como ésta, tan positiva para la renta variable. De hecho, el rendimiento de la deuda pública a diez años ha pasado del 5,47 al 5,50 por ciento, lo que supone la cuarta semana consecutiva en la que este rendimiento, que sube cuando cae el precio, ha rebotado. Por su parte, la prima de riesgo sí ha conseguido relajarse un poco esta semana gracias a las fuertes ventas que se vieron el jueves de bonos alemanes -nunca se había visto un repunte tan fuerte-, lo que ha permitido al diferencial con el bono alemán caer hasta los 333 puntos básicos.