Telefónica demostró ayer que la actividad está regresando con cuentagotas al mercado de capitales. La operadora de telecomunicaciones logró 1.000 millones de euros con una emisión de bonos a cuatro años. Se trata de la primera colocación que realiza la compañía en euros desde enero, un síntoma tanto de la parálisis sufrida en los mercados en los últimos meses como de la relevancia de la operación.
La empresa presidida por César Alierta se encontró con una alta demanda, que ascendió a 2.500 millones de euros, con lo que superó la oferta en 2,5 veces. A la emisión concurrieron más de 250 inversores, con una alta presencia extranjera, puesto que Alemania, Francia y Reino Unido acapararon cerca del 70% de las peticiones.
El peso de la crisis
Contra lo que no pudo luchar la teleco fue contra el incremento de los costes de financiación, una consecuencia insalvable dado el empeoramiento de las condiciones de mercado y el agravamiento de la crisis de la deuda periférica, en la que España cuenta con un papel protagonista. Así, los títulos se emitieron con un cupón del 4,96%, 310 puntos básicos -ó 3,10 puntos porcentuales- por encima de la referencia del mercado -el midswap a 4 años-. En la emisión de enero, la prima exigida sobre la referencia del mercado se situó en los 183 puntos básicos. Eso sí, Telefónica pagó un sobrecoste inferior al que tuvo que hacer frente la semana pasada Telecom Italia, cuya prima alcanzó los 498 puntos básicos.
El incremento de la operación de ayer con respecto a la realizada a comienzos de año reside, fundamentalmente, en la evolución de la prima de riesgo de España, medida por la diferencia entre la rentabilidad de los bonos españoles a 10 años con respecto a los alemanes con igual vencimiento. Hace nueve meses, esa brecha se encontraba en los 208 puntos básicos; ayer, esa diferencia ascendió hasta los 334 puntos básicos, un aumento que no sólo encarece el coste de subastar deuda pública, sino que también se transmite a los emisores privados con matrícula española.
La emisión de Telefónica, junto con los 600 millones que consiguió Iberdrola en otra operación la semana pasada, demuestra que el mercado se está reactivando. En este sentido, fuentes financieras reconocen que la clave para calibrar si el mercado se ha vuelto a abrir de forma real residirá en comprobar si los bancos son capaces de emitir deuda -y, sobre todo, a qué precio-.
Sin forzar
Horas antes de que Telefónica saliera al mercado lo hizo el Tesoro Público para financiarse con una subasta de letras a 12 y 18 meses. Se había fijado como meta conseguir entre 4.000 y 5.000 millones de euros y lo logró, puesto que captó 4.602 millones. En esta ocasión, y a diferencia de las últimas colocaciones, el Tesoro no apuró esa horquilla porque trató de evitar un incremento de los costes, un propósito que también consiguió. Así, las letras a 12 meses salieron con una rentabilidad media del 3,608%, ligeramente por encima del 3,591% de septiembre. En cuanto a los títulos a 18 meses, se subastaron al 3,801%, por debajo del 3,807% de la anterior adjudicación.
El Tesoro volverá a la carga mañana con una emisión de obligaciones con la que intentará lograr entre 3.250 y 4.250 millones de euros. No lo tendrá fácil, ya que la tensión está volviendo a rodear a la deuda periférica. Las ventas provocaron ayer que la rentabilidad de los bonos españoles a 10 años repuntara del 5,31 al 5,35%.