Bolsa, mercados y cotizaciones

Ecofondo aguanta estoico la crisis

La herramienta de Morningstar despide trimestre con pérdidas inferiores a las acumuladas por el índice al que intenta batir.

Desde su lanzamiento en octubre de 2009, el modelo Ecofondo ha obtenido una rentabilidad del 0,6 por ciento, batiendo a su índice de referencia, el Dow Jones Stoxx Europe 600, en 120 puntos básicos (1,2 puntos porcentuales). El modelo se benefició principalmente de su diversificación por tamaño de compañías y de una equilibrada selección de gestores activos según estilos valor (value) y crecimiento (growth). Estos mismos factores han seguido funcionando bien durante el tercer trimestre de 2011.

El contexto en el que Ecofondo ha desarrollado su estrategia no ha sido el más adecuado. Los mercados europeos de renta variable cerraron su peor trimestre desde 2008, con la creciente preocupación de los inversores sobre la crisis de deuda en la eurozona. Aun así, y pese a perder un 15 por ciento en el tercer trimestre de 2011, el Ecofondo logró batir a su índice de referencia, el Stoxx Europe 600 Index, con pérdidas del 16,7 por ciento.

Durante este periodo, el modelo Ecofondo se benefició mayoritariamente por su equilibrado balance entre gestores estilo value y growth. Por defecto, el Ecofondo tiene aproximadamente una proporción similar entre compañías de ambos estilos. No obstante, desde el comienzo de 2011 la mayor parte de gestores han comenzado a rotar su cartera hacia valores growth, lo que llevó a un peso en cartera del 60 por ciento en este tipo de títulos, mientras que el Stoxx Europe 600 Index cuenta con una exposición menor al 45 por ciento. La rentabilidad de las compañías estilo value, medida por los índices MSCI, fue un 2 por ciento menor que la de los nombres growth durante el trimestre. El movimiento hacia compañías de crecimiento por parte de gestores de estilo core o value como MFS Meridian Europe Value e Invesco Pan European Structured ayudó a la cartera y refleja la habilidad de Morningstar Associates Europe a la hora de seleccionar gestores flexibles que encajan bien dentro de un fondo de fondos.

En general, los gestores que componen el modelo obtuvieron rentabilidades superiores o en línea con sus respectivos índices de referencia durante el trimestre. El modelo se vio impulsado principalmente por el sólido comportamiento del Vontobel European Value, que solamente perdió un 5,9 por ciento durante el tercer trimestre. Este fondo se benefició de una buena selección de compañías, nada de exposición a bancos y por un 4,6 por ciento de peso a compañías norteamericanas.

El enfoque de inversión de Vontobel se centra en negocios de calidad con retornos sobre capital sostenibles, bajos niveles de deuda, y cuyo nivel de demanda por el producto ofrecido sea duradero. Los bancos no han sido capaces de cumplir estos criterios desde 2007, para bien del fondo. En este sentido, este trimestre los bancos han sido los que han sufrido mayores caídas, con los alemanes Deutsche Bank y Commerzbank perdiendo más de un 30 por ciento. En Francia, Société Générale se dejó un 51 por ciento, su mayor pérdida trimestral histórica, y a su vez BNP Paribas perdió más de un 40 por ciento. Principalmente por haber evitado el sector bancario, el fondo de Vontobel batió al Dow Jones Stoxx Europe 600 Index por un 10,8 por ciento durante el trimestre y por un 8,2 por ciento desde el lanzamiento de la estrategia Ecofondo.

El fondo MFS Meridian Europe Value y el Invesco Pan European Structured volvieron a sobresalir dentro de sus categorías en un difícil entorno de mercado, lo que ayudó a la resistencia del modelo en este entorno bajista. Mientras que ambos fondos se movieron hacia valores estilo growth y se beneficiaron de la selección de compañías dentro de los sectores de consumo, el modelo cuantitativo de Invesco añadió alfa adicional evitando los bancos europeos de mayor riesgo.

A la hora de construir una cartera con diferentes estilos y compañías de todos los tamaños, Morningstar Associates Europe, firma que proporciona soluciones integrales de inversión y que asesora más de 125 billones de euros en el mundo, favorece aquellos gestores activos que pueden obtener rentabilidades competitivas de manera consistente. En este sentido, para mantener este enfoque y reducir riesgos, hemos traspasado parte de los activos del Fidelity European Growth al más estable Invesco Pan European Structured Fund, por lo que el peso de ambos en la estrategia es ahora del 17 por ciento.

Más España e Italia

Los gestores del Ecofondo siguen manteniendo la infraponderación en países periféricos europeos. Continúan infraponderados en Grecia y Portugal, si bien durante el trimestre han movido algo de los activos hacia nombres italianos y españoles. La exposición total del modelo en países periféricos durante el primer trimestre es del 7 por ciento, por un 5,6 por ciento del trimestre anterior, pero se mantiene bastante por debajo del 10,3 por ciento de peso en el índice. A nivel país, el único sobreponderado en la cartera con respecto al índice de referencia es Alemania, que pesa actualmente un 17 por ciento en Ecofondo por un 12 por ciento en el índice. La definición de los objetivos estratégicos de asignación de activos junto con la cuidadosa selección de gestores flexibles y activos llevada a cabo por Morningstar Associates Europe es el núcleo del enfoque de inversión detrás del modelo Ecofondo.

¿Puede ir la economía a peor?

La economía de la eurozona se ralentizó en el tercer trimestre, y va a peor en el cuarto. Una recesión, empezando a finales de año o a principios del que viene, es casi segura. El empeoramiento de las perspectivas económicas, los problemas fiscales, y los problemas de liquidez y solvencia de la banca se alimentan mutuamente. El menor crecimiento aumenta el déficit fiscal y el ratio de deuda sobre PIB. Las dudas sobre la solvencia pública, a su vez, debilitan a los bancos, porque acumulan deuda soberana en sus balances. Finalmente, cerrando el círculo vicioso, los mercados cortan la liquidez a los bancos, los bancos reducen la oferta de crédito, y la economía se ralentiza aún más.
Los líderes europeos, incluido el Banco Central Europeo (BCE), creen que la enfermedad de la eurozona es fiscal. La cura, por tanto, es reducir el déficit. Es cierto que Grecia, y quizá Portugal e Italia, hacen frente a una deuda excesiva. Pero a largo plazo el problema del euro es más difícil de resolver que apretarse el cinturón, o que una quita.
A largo plazo, la eurozona se desintegrará si no hace frente a tres dificultades. Primero, la falta de competitividad de las economías de la cuenca mediterránea (España, Portugal, Italia, Grecia, y en menor medida Francia). Segundo, la negativa de las economías del noreste (Alemania, Austria, Holanda, y Finlandia) a reducir sus superávits por cuenta corriente, para que las economías del sur puedan reducir sus déficits. Alemania y compañía ven su superávit comercial como un símbolo de virtud, negándose a ver que hacen falta dos para bailar un tango. Su éxito comercial exterior, sin embargo, es posible gracias al déficit de países como España y Portugal, que importan mucho más de lo que exportan. El norte de Europa debe aportar su granito de arena en lo económico, adoptando medidas que desincentiven el ahorro y alienten el consumo, a la par que los gobiernos de la cuenca mediterránea promueven lo contrario. Tercero, la eurozona necesita mayor unión y coordinación fiscal.
Sin embargo, es importante insistir que una unión fiscal, sin reformas económicas que aumenten la competitividad en el sur, es pan para hoy y hambre para mañana. Convertiría el sur de Europa en la Sicilia de la eurozona: permanentemente deprimida, infraempleada, dependiente de transferencias fiscales del norte, y carente de incentivos para mejorar. Y a eso los alemanes se oponen firmemente, y con razón. Como el lector puede imaginar, Europa no va a completar, ni siquiera emprender, ninguna de esas reformas en los próximos meses. De momento bastante tiene con la crisis financiera en ciernes. En este tema la eurozona está siendo lenta y se está quedando corta. Los Gobiernos, justo ahora, han ratificado una ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF, en sus siglas en inglés) que Bruselas aprobó en julio. El reforzado EFSF de 440.000 millones de euros es insuficiente. Un fondo que cubra las necesidades de las finanzas públicas y de recapitalización de la banca debería ascender a unos 2 billones. Los mercados lo saben, y pronto van a empezar a especular cuán lejos Europa está dispuesta a llegar. En los próximos meses la única institución que puede apagar un fuego, a corto plazo, es el BCE. Si el banco central anunciara que está dispuesto a proveer liquidez ilimitada a bancos y gobiernos, quiebras y una crisis financiera se evitarán. Veremos si  consigue estar a la altura.

Artículo escrito por Javier Sáenz Cenzano (Morningstar Spain), Katia Ribarova (Morningstar Associates Europe) y Francisco Torralba (Morningstar Investment Management).


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