Se aproxima una nueva ronda en la que las empresas presentarán resultados, los correspondientes al tercer trimestre, y algunas compañías ya adelantan que puede haber sorpresas negativas.
Sobre todo, de cara al cierre del ejercicio. Ayer Deutsche Bank redujo sus previsiones de beneficio para 2011, al anunciar que ya no podrá alcanzar los 10.000 millones de euros de beneficio antes de impuestos que se había marcado como objetivo en 2009.
La entidad alemana, que también reveló sus planes de realizar 500 despidos, se escudó en la crisis de deuda soberana para las rebajas. Por un lado, las incertidumbres que aún rodean este mercado han afectado a su negocio de banca corporativa y de inversión. Al mismo tiempo, Deutsche Bank calcula que los títulos griegos que posee se han depreciado alrededor de 250 millones de euros, que pesarán en sus resultados en forma de previsiones.
Las casas de análisis ya dudaban de la cifra prevista por el banco germano. El consenso de mercado calcula que su beneficio neto se quedará en unos 5.800 millones.
Tras el anuncio del profit warning -así se denomina al cambio de expectativas de una compañía-, el título llegó a desplomarse más de un 9 por ciento en bolsa, para cerrar con una caída del 4,31 en una jornada de números rojos para el sector. Acumuló así un retroceso del 13,3 por ciento en tres sesiones.
Pese a todo, Deutsche Bank adelantó que obtendrá beneficios en el tercer trimestre del año. La presentación será el próximo 21 de octubre, según las previsiones de Bloomberg.