
Muchos comentarios se escucharán en el inicio del nuevo curso bursátil en el sentido de que la bolsa no está técnicamente cara, aunque, desde luego, el contexto no ayuda por el impacto que está teniendo la falta de visibilidad que sigue generando la crisis de las subprime estadounidenses.
La decconfianza de muchos inversores sobre el actual escenario bursátil es la que ha provocado que el tradicional rally de fin de año haya brillado por su ausencia.
Para saber si una acción está cara o barata se puede recurrir al PER -veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción-.
Este ratio calcula la relación entre el precio al que cotizan los títulos y el beneficio neto de la compañía por cada acción. De este modo, cuanto mayor sea el resultado que obtengamos, más tiempo tardaremos en conseguir recuperar el dinero invertido, por la vía de las ganancias que genere la compañía en su cuenta de resultados.
Si el PER de una acción es alto -está teóricamente cara-, puede deberse a dos situaciones: o que el precio ha subido tanto que resulta improbable que siga subiendo, o que esperamos que el beneficio de la empresa aumente y, por tanto, lo que toque a cada accionista sea más.
Sin embargo, si el cociente entre el beneficio por acción y el precio de los títulos es bajo, nos encontramos ante un valor que tiene bastante recorrido alcista, que está infravalorado, o en el que puede producirse un futuro recorte del beneficio.
Las apariencias engañan
Teniendo en cuenta la teoría sobre lo que se paga en bolsa por las compañías, el PER medio de las empresas que cotizan en un parqué nos puede servir para saber si es un buen momento para invertir en bolsa o no.
En la última década, el PER medio de la bolsa española se ha situado en torno a 15 veces. Sin embargo, ahora está en 13,5 veces. Pero, ¡cuidado! El PER del Índice General de la Bolsa de Madrid (IGBM) se sitúa en torno a las 19 veces, un multiplicador bursátil bastante elevado, que sólo sería justificable si hablamos de historias de crecimiento. De lo contrario, el ratio induce a pensar que hay muchos títulos que están caros en bolsa.
Valores que quintuplican el PER
Además, algunos de los valores que integran este índice llegan a quintuplicar el PER medio de la bolsa española de la última década, como es el caso de Sniace, Dinamia o Avánzit.
Al mismo tiempo, existen otros valores que no lo superan, en los que se puede recuperar la inversión inicial con el beneficio de sólo diez años, como Repsol, Mapfre, BBVA, SacyrVallehermoso, Cementos Portland, Adolfo Domínguez, Nicolás Correa, Reyal Urbis y Renta Corporación.
Cuando el PER es alto sólo es justificable invertir si sabemos que el valor va a vivir una historia de fuerte crecimiento.
El ejemplo de Google
Un ejemplo de esto último es el gigante de Internet Google, que cotiza en el índice norteamericano Nasdaq. Por los títulos de esta compañía se pagaba, en 2004, un PER en torno a 80 veces.
Después de revalorizarse en el año más de un 50 por ciento, en estos momentos su PER es de 56,41 veces. Además, en este mismo periodo ha multiplicado por diez su beneficio, hasta los 4.250 millones de dólares que se prevé gane en 2007.
En la bolsa española, como comentábamos, existen distintos valores que poseen un PER muy elevado.
Por ejemplo, la cántabra Sniace, que se dedica a la producción de celulosa, posee el PER más alto de todos los valores del IGBM y se sitúa en las 87 veces. Además su potencial a la baja es de un 11,88 por ciento, según el consenso de analistas que siguen el valor, con lo que sólo sería justificable invertir si los beneficios de la compañía se disparan.
El segundo valor con un PER más elevado es Dinamia Capital Privado.
Por la única empresa que invierte en sociedades no cotizadas en la bolsa española se está pagando un PER de más de 76 veces, algo más de cuatro veces el multiplicador medio de beneficios del IGBM y seis más con respecto al de la bolsa española. A diferencia de Sniace, su potencial es positivo: un 68,63 por ciento.
Una historia de crecimiento
Una de las dos compañías que se incorporan en este nuevo ejercicio al Ibex 35, Grifols, tampoco tiene, en principio, unas cifras de PER que le otorguen gran atractivo para el inversor.
El de esta compañía de hemoderivados está en 25,4 veces, pero si los beneficios que ha obtenido este año ascienden, según las previsiones, a 89 millones de euros, en 2010 la previsiones apuntan a que la cuenta de ganancias será de 188 millones. Por otro lado, no posee mucho recorrido alcista -8,7 por ciento, aunque ha repuntado este año más de un 50 por ciento-.
En cambio Grifols no tiene una rentabilidad por dividendo de las más atractivas, ya que se sitúa en un 0,62 por ciento, frente a, por citar ejemplos ya mencionados, Dinamia, cuya rentabilidad por dividendo está en un 3,38 por ciento.