
En este año que se va, por ejemplo, el mercado y muchos inversores tienen señalado el 17 de agosto como clave porque fue el día en que la Fed dio un giro en su política monetaria con la bajada de los tipos a los que el banco central presta dinero a otros bancos (tipos de descuento); un claro mensaje de la necesidad de liquidez del mercado, que luego ha ido a más.
¿Y el próximo año? Todavía es pronto para adelantarse a los acontecimientos pero ya hay unas fechas claves que influirán en las economías, bolsas, divisas... o en las vidas de muchos. Una cita que mantendrá al mundo en vilo será las elecciones en Estados Unidos el martes, cuatro de noviembre. En estos comicios lo único que está claro es que George W. Bush no repetirá la presidencia. Pero de cómo actuarán los mercados ante este acontecimiento poco se puede saber aunque mucho ya se ha predicho.
Reacciones a los comicios en EEUU
Desde la Segunda Guerra Mundial, el índice Dow Jones no ha vivido ningún ejercicio bajista en el año anterior a las elecciones presidenciales. Algo que se ha repetido este año. A falta de escasos días para que concluya 2007, el Dow Jones sube más del seis por ciento en el año. Pero las coincidencias no terminan aquí: en las pasadas 16 elecciones, el índice sólo ha sufrido cuatro retrocesos en el año en el que se celebraba. La última sucedió al final de la legislatura de Bill Clinton, cuando en pleno pinchazo de la burbuja de las puntocom, la victoria de George Bush sobre Al Gore por muy pocos votos devolvió el poder a los republicanos. Un cambio en las pautas de gobierno que sembró incertidumbre en los mercados, pero que tampoco llegó a pasar factura, ya que los avances del año anterior fueron lo suficientemente elevados como para equilibrar pérdidas.
BCE y OPEP, claves en el calendario
Sin embargo, 2008 puede ser la excepción que confirme la regla, ya que los mercados no tienen claro hacia dónde soplan los aires. Y es que, debido a los actuales interrogantes, los inversores deberán estar tan pendientes de las elecciones estadounidenses como de las decisiones de la Fed en política monetaria, o las decisiones de la OPEP sobre el petróleo. Por eso, el día 2 de febrero debe estar señalado en rojo: la OPEP celebra una reunión extraordinaria en la que se debatirá una ampliación de la producción. Como igual de importante serán las reuniones de los bancos centrales en un momento crítico. El nuevo año lo inaugura el Banco Central Europeo el diez de enero.
Año de cambios
Pero las de EEUU no serán las únicas elecciones importantes. De hecho, por cercanía, el nueve de marzo es fundamental para España, ya que se celebran elecciones generales. No está claro lo que pasará, una incertidumbre que también puede pasar factura al mercado de renta variable y fija local.
También Rusia está de cambio en marzo. El próximo 2 de marzo celebra la primera vuelta de sus elecciones. Aunque nada se puede saber con precisión, las quinielas ya han comenzado. Ayer un diario ruso publicaba que Vladímir Putin podría ser el próximo presidente de Gazprom, la mayor productora de gas del mundo, tras las elecciones generales, ya que el actual, Dmitry Medvedev, se postula como candidato idóneo. En definitiva, dudas que llegan en un momento delicado, en el que ni los expertos saben a qué atenerse en este contexto que se abrió en julio, a raíz de la crisis de las hipotecas de alto riesgo (subprime).
Junto a estas fechas fijas en el calendario, todos los años dejan tiempo a la improvisación: las inyecciones de liquidez de los bancos centrales o los máximos de índices bursátiles que deja 2007 son buen ejemplo de ello.
Y todo esto pasará en el año chino de la Rata. En teoría, un ejercicio marcado por la especulación y fluctuación en los precios y en el mercado de acciones, y por una expansión de la economía mundial. Los negocios estarán en auge y será posible hacer fortuna. Sin embargo, el año de la Rata es también el momento de hacer inversión a largo plazo, ya que la bonanza que aporta este año ayuda a pasar los años yermos. En general, debe ser un año más feliz de lo habitual, aunque sólo sea porque los Juegos Olímpicos tendrán nombre chino.