Bolsa, mercados y cotizaciones

El mensaje de Trichet aplaca la fortaleza del rebote europeo

La volatilidad se apoderó, un día más, de las bolsas europeas que esperaban con incertidumbre las palabras de Jean- Claude Trichet. Los inversores dejaron a un lado las compras iniciales de las primeras horas de la sesión al conocer el mensaje del presidente del Banco Central Europeo (BCE).

Aunque el mercado descontaba que los tipos de interés en la zona euro se mantendrían en el 1,5 por ciento, el drástico recorte en las previsiones de crecimiento junto a la ausencia de expectativas de un futuro recorte en los tipos desinflaron las alzas de los parqués europeos. Aun así, las plazas del Viejo Continente cerraron en verde siendo el Ibex 35 el más alcista al cerrar en los 8.277 puntos, tras anotarse una subida del 1,49 por ciento.

Una jornada de bandazos. Esa es la palabra que mejor define el comportamiento que tuvo ayer la renta variable europea. Pese a que en la apertura las bolsas parecían dar continuidad a las alzas registradas en la sesión del miércoles, el freno lo puso el mensaje lanzado por el presidente del BCE (ver página 6 y 7). Una vez que el mercado digerió las palabras de Trichet -con la rebaja de las estimaciones de crecimiento de la zona euro tanto para este año, como para el siguiente-, las plazas europeas perdieron el fuelle inicial hasta cerrar todas ellas con alzas en torno al 0,5 por ciento de media.

Aunque hubo un índice que destacó sobre el resto. El Ibex 35 que, aunque llegó a situarse en terreno negativo en algunos momentos, cerró como el más alcista de Europa en una jornada en la que, además, el Comité Asesor Técnico (CAT) decidió la incorporación de Bankia a los asientos del selectivo (ver página 22). Tan sólo tres de sus integrantes -Mapfre, Enagás y CaixaBank- terminaron la sesión con pérdidas. El otro indicador europeo destacado fue el Dax 30 aunque, eso sí, por ser el que presentó menores subidas a pesar de que el miércoles se postuló como uno de los más destacados con alzas superiores al 4 por ciento. Ayer, el índice alemán logró cerrar plano con un tímido avance del 0,05 por ciento, hasta los 5.408 puntos.

Pudo ser mejor, pero la apertura a la baja de Wall Street tampoco ayudó. El mal dato de empleo en la economía estadounidense publicado ayer llevó a los índices americanos a abrir a la baja. El culpable fue, de nuevo, el aumento de las peticiones de subsidio por desempleo que, en la última semana, escalaron hasta las 414.000 solicitudes, frente a las 412.000 anteriores, un aumento que continúa dando pistas de la debilidad del mercado laboral en Estados Unidos. No fue el únido dato macro negativo en el que se fijaron los indicadores americanos para dubitar entre las pérdidas o las ganancias.

 Un cúmulo de factores que llevaron al Dow Jones a perder un 0,64 por ciento a media sesión, hasta los 11.341 puntos. Aunque, sin duda, la gran cita tuvo lugar con los parqués cerrados que hoy cotizarán con los estímulos lanzados por Obama en su compadecencia.

En otros mercados, la volatilidad que invade a la renta variable llevó de nuevo al oro a registrar ganancias superiores al 2 por ciento, hasta los 1.857 dólares por onza. El activo refugio por excelencia ante tormentas bursátiles volvió a brillar después de dos jornadas consecutivas de pérdidas, en los que la esperanza volvía aparentemente a las bolsas mundiales.

En el lado opuesto, los precios del crudo no tuvieron tanta suerte. El barril de Brent, de referencia en Europa, retrocedió ayer un 0,52 por ciento, hasta los 115,2 dólares. Un descenso que terminó con dos días consecutivos de subidas. Por su parte, el barril de West Texas, petróleo de referencia en Estados Unidos, también perdió un 0,44 por ciento, hasta los 88,95 dólares, pese a que el miércoles registrara alzas superiores al 3 por ciento.

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