CIUDAD DEL CABO (Reuters) - El futuro político de Jacob Zuma, el nuevo líder del Congreso Nacional Africano (CNA) que gobierna en Sudáfrica, puede depender de las acusaciones de corrupción que penden sobre él.
Es casi seguro que se convertirá en presidente sudafricano en 2009, cuando Mbeki dimita, dado el dominio político del CNA.
El jueves, el fiscal jefe de Sudáfrica dijo que había pruebas suficientes para juzgar a Zuma por corrupción.
La semana pasada, las autoridades presentaron una declaración jurada ante el Tribunal Constitucional que contenía lo que llamaron nuevas pruebas de que había recibido pagos ilegales mayores de lo que se pensaba inicialmente.
Zuma, que niega las acusaciones, dije que sólo dimitiría si un tribunal lo hallara culpable. Sus seguidores dicen que es víctima de una caza de brujas política orquestada por quienes apoyan a Mbeki.
/Por Wendell Roelf/