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Santander y BBVA cumplieron 150 años y lograron esquivar la crisis crediticia

Ana López Alvarez-Quiñones

Madrid, 17 dic (EFCOM).- Los dos gigantes del sector financiero español, el Santander y el BBVA, se preparan estos días para cerrar las cuentas de 2007, un ejercicio muy ajetreado que ambos recordarán por haber cumplido 150 años, pero también por haber logrado sortear la crisis financiera, a falta de los datos del cuarto trimestre.

Pero, además, el sector bancario tampoco podrá olvidar fácilmente la nueva lección de "ingeniería financiera" que dio en noviembre el presidente del Santander, Emilio Botín, con la "reventa" de Antonveneta, uno de los dos bancos que acababa de adquirir apenas tres semanas antes, dentro de la operación del ABN Amro, lo que le reportó unas estupendas plusvalías de 2.400 millones de euros.

¿Y cuál fue el motivo que llevó a Botín a tomar esta inesperada decisión? Pues, según explicó él mismo en una carta a sus accionistas, con Antonveneta el Santander no habría logrado "tamaño suficiente" para desarrollar "adecuadamente" su negocio en Italia y habría tenido que hacer más inversiones.

Y como don Emilio no suele dar puntada sin hilo, prefirió vender Antonveneta y centrarse en fortalecer su posición en el mercado brasileño con ayuda de su otra adquisición dentro del "paquete" del ABN: el Banco Real, que le costó 11.000 millones.

Tras una enconada batalla con el británico Barclays Bank, que duró más de seis meses, el consorcio formado por el Santander, el Royal Bank of Scotland (RBS) y Fortis se convirtió el pasado 17 de octubre en el orgulloso propietario del banco holandés ABN Amro, por el que pagó 70.000 millones de euros en lo que supuso "la mayor operación financiera de la historia".

Y mientras el Santander hacía todo esto, el BBVA, su eterno rival en España, no se quedaba quieto, sino que continuaba realizando compras estratégicas en Asia y Estados Unidos, mostrando una vez más su firme apuesta por este último mercado con la adquisición de Compass Bancshares por 6.655 millones de euros, la mayor operación en la historia del banco, que se integró directamente en BBVA USA.

Caja Madrid, por su parte, protagonizó otra de las operaciones más sonadas de la última parte del año, al convertirse en accionista de referencia de Iberia, con un 22,99% del capital, tras adquirir las participaciones de otros dos socios del "núcleo duro" de la aerolínea, el 6,99% que tenía el BBVA y el 6,42% de Logista, por 470 millones de euros.

La caja madrileña, que podría colocar a tres de sus hombres en el Consejo de Administración de Iberia, se dispone estos días a reunirse con los diferentes "pretendientes" de la aerolínea y escuchar sus propuestas.

El Banco Popular, por su parte, también estuvo muy ocupado dando el salto al otro lado del Atlántico, concretamente a Florida, con la adquisición del Total Bank por 218 millones de euros, al tiempo que se situó a la vanguardia de las entidades financieras españolas con su decisión de abrir por las tardes una parte de su red de oficinas de aquí a dos años.

Y este también fue el año elegido por el inversor de origen indio Ramchad Bhavnani para deshacerse de su participación del 14,99% en Bankinter, que vendió a la entidad francesa Crédit Agricole por 809 millones de euros, aunque la venta no será efectiva hasta el 10 de enero, condición impuesta por Bhavnani para poder cobrar el dividendo que se reparte dos días antes.

Con este porcentaje, unido a otro 4,54% comprado en el mercado, Crédit Agricole se convertía en primer accionista de Bankinter arrebatando el puesto al ex director del banco Jaime Botín, que controla el 16,3%, algo que éste no está dispuesto a permitir ni por asomo, por lo que se apresuró a pedir autorización al Banco de España para llegar hasta el 29,99% de la entidad, lo que también hizo la entidad francesa.

Según todos los indicios, el sector bancario logró capear la crisis financiera que estalló en agosto tras el desplome del sector de las hipotecas "subprime" -basura- de Estados Unidos, aunque aún hay que conocer las cuentas del cuarto trimestre, que, según algunos expertos, no todos, podrían traer alguna sorpresa.

Bancos y cajas no pueden diferir más en sus análisis de la situación presente y futura del sector. El presidente de la patronal de las cajas (CECA), Juan Ramón Quintás, fue muy claro al advertir recientemente de que bancos y cajas deben incrementar sus provisiones para prevenir los efectos de un posible empeoramiento de la crisis en 2008.

Apenas tres horas después, el representante de la patronal bancaria (AEB), Pedro Pablo Villasante, rechazaba los nubarrones y aseguraba que la crisis "subprime" es un fenómeno "externo y extraño" a los bancos españoles.

¿Quién tiene razón? sólo el tiempo -y las cuentas anuales de bancos y cajas- lo dirá. EFECOM

ala-mam

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