Pese a la decisión de Trichet del pasado 7 de julio las entidades financieras se muestran cautas, ya que la nueva ley impulsada por Salgado penaliza a los depósitos que disparan su rentabilidad.
Ha sido usted de los que ha corrido a su banco tras la subida de tipos de interés para negociar un depósito a doce meses más atractivo? Si lo ha hecho y se ha llevado una desilusión le vamos a explicar por qué. El pasado 7 de julio, el Banco Central Europeo (BCE) subía los tipos de interés hasta el 1,5 por ciento. A priori, se podría pensar en una mejora de un cuarto de punto, pero la realidad es que el mercado ya está extratipado como demuestra el hecho de que el precio del dinero está 75 puntos básicos por debajo del euribor (1,5 el primero y 2,2, el segundo).
Salvo Sabadell, Deutsche Bank y Pastor que han decidido bajar la rentabilidad de sus depósitos a doce meses hasta el 3,1 por ciento en el caso del primero; y hasta el 3 y 4 por ciento los dos últimos, el resto de bancos y cajas ha optado por mantener sus ofertas tras la entrada en vigor el pasado 4 de julio de un Real Decreto impulsado por Elena Salgado. que regula los recursos propios de bancos y cajas y que penaliza las ofertas excesivamente atractivas. Así, las entidades financieras que ofrezcan una rentabilidad superior al euribor a 12 meses (que ayer se situó en 2,20 puntos) más cien puntos básicos -o sea, las que ofrezcan una rentabilidad del 3,20 por ciento- tendrán que multiplicar por cinco las aportaciones que realizan al Fondo de Garantía de Depósitos. Con los depósitos a seis meses ocurre lo mismo, pero la ley deja de margen 150 puntos básicos, por lo que se podría llegar a ofrecer una rentabilidad del 3,70 por ciento sin ser penalizado.
Y si existen estos inconvenientes para que la banca tenga una política comercial más agresiva ¿por qué el Banco Espirito Santo se atreve a comercializar un depósito con un interés del 4,26 por ciento? La explicación es sencilla: la ley sólo penaliza a entidades financieras extranjeras que estén presentes en España mediante filiales. Y tanto el banco que vende el depósito Cristiano Ronaldo como ING sólo operan a través de sucursales. Hecha la ley, hecha la trampa.