NUEVA YORK, 13 (EUROPA PRESS)
La organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) ha reclamado a China, Tailandia, Estados Unidos y otros países que suspendan "completamente" la compra de piedras preciosas a Birmania porque su comercio "ayuda a financiar" los abusos de la Junta Militar que gobierna este país.
"Los rubíes y jades de Birmania son apreciados por su belleza, pero la fea verdad es que el comercio de estas piedras sirve de sustento a los abusos contra los Derechos Humanos", declaró el director del Programa de Empresas de HRW, Arvind Ganesan. "La venta de estas piedras preciosas aporta dinero rápido a los dirigentes militares de Birmania para permanecer en el poder", añadió.
La Junta Militar ha organizado una subasta de piedras preciosas para los próximos 14 a 26 de noviembre en el Centro de Convenciones de Birmania, en Rangún. Birmania produce una gran variedad de piedras preciosas, pero las más famosas son los rubíes y los jades. Más del 90 por ciento de los rubíes que circulan por el mundo proceden de este país, según datos del sector. En Birmania se produce también la jadeíta, un tipo de jade muy valorado por su profundo color verde.
La empresa estatal Myanmar Gems Enterprise obtuvo, según sus propios datos, ceca de 300 millones de dólares en beneficios durante el año fiscal de 2006-2007, un incremento del 45 por ciento respecto al año anterior. La compañía es la tercera empresa del país en cuanto al valor de las exportaciones, por debajo de las compañías estatales del petróleo y de la madera.
La Junta Militar controla la mayoría de la actividad minera del país. Es propietaria directa de la mayoría de las minas, en ocasiones a través de asociaciones con empresas privadas. Algunos responsables militares han participado en el comercio privado de las más finas piedras preciosas del país.
Aparte, las minas de piedras preciosas están dirigidas con "mano de hierro por las autoridades militares", según HRW. Las condiciones de trabajo en ellas son "lamentables" y el acceso a las minas está "estrictamente restringido, sobre todo a los extranjeros", prosiguió la organización.
Pese a estas restricciones, los informes de algunas organizaciones no gubernamentales "dan a entender que proliferan las confiscaciones de tierras, las extorsiones, los trabajos forzados, el trabajo infantil, la contaminación medioambiental y las condiciones de trabajo inseguras de los mineros", afirmó Human Rights Watch. Aparte, la falta de atención médica y de información sobre el VIH ha "acelerado la extensión del sida y de la malaria y la tuberculosis resistentes a medicinas en zonas mineras".
"Es simplemente inconcebible que los comerciantes ayuden a los generales de Birmania a sacar del país los recursos naturales en su propio beneficio mientras la mayoría de la población sufren abusos y amenazas", declaró Ganesan.
"El comercio de piedras preciosas de Birmania refuerza a los dirigentes militares de Birmania, mientras cometen graves abusos contra los Derechos Humanos, arrastran a su pueblo a la pobreza y rechazan los llamamientos en favor de la reconciliación política", añadió.