El riesgo soberano sigue asustando al mercado. La situación de Grecia sigue siendo complicada. Tiene fuerte necesidad de liquidez inmediata, antes del mes de junio, para no declararse insolvente.
Y parece que ni internamente -entre Gobierno y oposición- ni externamente -entre las autoridades europeas- se ponen de acuerdo sobre el camino a tomar. Las posiciones también difieren entre la UE y el BCE ante una posible reestructuración de la deuda de Portugal. Y, por si fuera poco, el rating de Italia ha sido puesto en perspectiva negativa porque se espera una ralentización significativa del crecimiento. España también sigue en el punto de mira del mercado. El plano político supone, asimismo, un factor interesante en el mercado, ya que a corto plazo se celebrarán elecciones en distintos países -como Portugal y dentro de un año, España-, y los gobiernos de Francia y Alemania sufren un desgaste.
Por otra parte, el miedo a una desaceleración económica comienza a estar presente en el mercado. Los inversores dudan si se mantendrán las buenas referencias y resultados cuando termine el segundo programa de expansión cuantitativa de la Fed (QE2), y el Tesoro Americano suba los tipos de interés.
La evolución de los diferenciales periféricos frente a Alemania desde hace un año indica el incremento de la prima de riesgo patente en Grecia, Portugal e Irlanda (ver gráfico superior). Por tanto, sigue habiendo valor en emisores a corto plazo -en el entorno de 2 años- a niveles del 4,20 por ciento, como por ejemplo en cédulas hipotecarias de Bankinter o del Banco Popular. También hay oportunidades en Fade (fondo de titulación eléctrico avalado por el Estado), con un cupón de 4,80 por ciento y vencimiento 2014.