
Barcelona, 24 may (EFE).- El Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal propuesto por Cacaolat -en concurso de acreedores- al juez afecta alrededor de 230 empleados y se aplicará durante un año, aunque con un máximo de 180 días por trabajador.
El expediente temporal tendrá efectos principalmente en el área comercial y administrativa de la plantilla catalana, sin casi efectos en la división de fabricación, según han confirmado a Efe fuentes legales conocedoras del caso.
La fábrica de Utebo (Zaragoza) será la más paralizada por el expediente temporal, que puede afectar a la totalidad de sus 106 empleados y que significará casi la mitad de los trabajadores afectados por el ERE.
La empresa en suspensión de pagos tiene como punto fuerte un mercado receptivo y una producción normalizada en sus plantas catalanas, por lo que quiere evitar que un ERE para reducir costes paralice esta producción y aumente la mala situación financiera de la filial de Nueva Rumasa.
El juzgado mercantil que supervisa el concurso de acreedores de Cacaolat ha autorizado la negociación del ERE y la dirección, el comité de empresa y los administradores concursales iniciarán las conversaciones la próxima semana en Barcelona.
Finalmente, el juez que supervisa la suspensión de pagos dará la aprobación definitiva.
El ERE es una de las principales medidas que la dirección de Cacaolat ha diseñado para remontar la mala situación financiera de la compañía en suspensión de pagos, que tiene un pasivo que supera los veinte millones de euros.
La mayor dependencia de planta de Utebo (Zaragoza) de la empresa madre Clesa, cuya producción está paralizada, ha dejado casi sin actividad la fábrica aragonesa.
La planta de Cacaolat en Barcelona, cuyas instalaciones ya no son propiedad de la empresa por un movimiento inmobiliario hecho por Clesa, concentra tanto el proceso de fabricación de los batidos y otros productos lácteos, como las áreas de dirección, comerciales y administrativas, que serán las más afectadas en Cataluña.
En Parets del Vallés (Barcelona) se centraliza la logística y el reparto de los productos de Cacaolat y Letona, por lo que incluso se plantea trasladar empleados puntualmente al área de fabricación en periodo de vacaciones o durante la aplicación del ERE.
El objetivo es no retroceder en producción y ventas ya que, antes del concurso, las cifras de Cacaolat eran optimistas y en 2009 había facturado sobre los cien millones de euros, según fuentes en la empresa consultadas por Efe.
No obstante, apuntan que la situación de concurso de acreedores comportará empeorar los resultados y, por ejemplo, está obligando a Cacaolat a pagar por adelantado sus pedidos.
Nueva Rumasa presentó el pasado 18 de marzo el concurso voluntario de acreedores para Cacaolat en los juzgados de Barcelona.
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