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El té, ¿último ingrediente de la burbuja bursátil en China?

una de las burbujas bursátiles más sonadas de China es la del té. Foto: eE
Hay quienes se aferran a la incontestable modernización de China, a su fabuloso ritmo de crecimiento económico o a los beneficios que, trimestre a trimestre, anuncian las principales compañías del gigante asiático, para pronosticar que la bolsa china va a seguir con su imparable escalada.

El estallido de la burbuja bursátil china, dicen, no es inminente. Sin embargo, hay también quienes -más escépticamente- creen que puede producirse un crack bursátil similar al del tecnológico Nasdaq.

Las cifras dan miedo

El Shanghai Composite Index se ha revalorizado un 500 por cien desde junio de 2005. Y, según publicó recientemente The Wall Street Journal, el retorno medio del primer día de cotización de las compañías que han salido a bolsa durante 2007 ha superado el 192 por ciento. Si incluimos en la ecuación al mercado inmobiliario, que ha conseguido que las viviendas de las principales ciudades hayan doblado su valor desde 2001, podemos concluir fácilmente que el rápido enriquecimiento de China ha abonado el terreno para las burbujas.

"China está inmersa en un entorno de burbujas. Los inversores son muy optimistas y eso lleva inevitablemente a la creación de burbujas", explica a elEconomista el conocido economista Andy Xie. Ahora bien, este experto de Shanghai no se refiere únicamente a las dos grandes burbujas de todos conocidas, la bursátil y la inmobiliaria. Xie habla de "las otras burbujas" existentes en el país asiático, comparándolas con la situación que vive la bolsa: "sus patrones son muy similares". Una de las burbujas más sonadas del pasado verano es la del té puer, que se planta en la provincia de Yunnan, y es el único que mejora con el tiempo.

Una burbuja llamada 'té puer'

Su prestigio se debe a que posee propiedades medicinales: sirve para perder peso, reducir la presión sanguínea y combatir el cáncer. Su pequeña producción, sus propiedades y alto precio (hasta 13.000 dólares por un paquete con 150 años de antigüedad) hacen del puer un refugio potencial para los inversores y la especulación. "Los chinos están obsesionados por los productos buenos para la salud", advierte Andy Xie. Un factor que, unido al exceso de liquidez, la escasez de opciones de inversión y la euforia imperante, explica que se disparara su precio y se creara una gran burbuja.

En el punto álgido, alcanzado en verano, el precio del kilo de té puer llegó a pagarse a 1.600 yuanes (160 euros), un 80 por ciento más que en los meses anteriores y 20 veces más caro que en 2004. "El mercado estaba al rojo vivo porque había una demanda artificial", reconoce Wu Xiduan, secretario general de la Asociación del Té de China. Los especuladores, explica, inflaron los precios con ofertas exageradas y luego vendían a compradores "reales". Al tiempo, las compañías productoras reservaron en stock un alto porcentaje de la producción para crear en el mercado impresión de escasez. "En el mejor momento, el retorno a la inversión podía ser del 40 por ciento", asegura Wu Xiduan.

Cómo estalló la burbuja

Pero con la agitación especulativa de productores e intermediarios, y la complicidad de inversores ilusos, estalló la burbuja. Desde entonces, el precio ha caído ya un 60 por ciento. Según los expertos, los grandes ganadores fueron las compañías de té puer -alrededor de un millar pese a que en 2005 no superaban las 400-, que se han hecho de oro con los precios disparados y la euforia compradora. Los perdedores son los cientos de miles de inversores que no conocían el sector del té y que fracasaron en su intento de hacerse ricos de un plumazo.

Y otras burbujas

Al tiempo, han aumentado las falsificaciones de té puer. Eso sí, la del té no es la única burbuja china, aparte de la bursátil e inmobiliaria. "La mayor burbuja es la del cordyceps sinensis", según Andy Xie. Este hongo tiene propiedades médicas extraordinarias para los chinos, incluidas las afrodisíacas. Su escasez, ya que sólo crece salvaje, ha disparado su valor en el mercado. En los años 70 el kilo de cordyceps se pagaba a 21 yuanes (2 euros); hoy ese kilo se exporta a 5.000 dólares, según las Aduanas de la provincia de Cantón. "Ha doblado su precio cada año en los últimos años", remata Xie.

Algo parecido ocurre con un tipo de orquídea llamada cymbidium
, que también debe su valor a las propiedades que le reconoce la medicina china tradicional. Otro tanto ocurre con el Mao Tai, una marca de licor de arroz que ha calado entre los inversores por su escasez y porque es el que beben los altos líderes del Partido Comunista chino. En ese carrusel inversor, que está multiplicando los precios de algunas mercancías y enriqueciendo a muchos, el último grito es el arte moderno chino, sobre todo las pinturas al óleo. Aprovechando la creciente demanda internacional por este arte, sólo en 2006 los precios subieron un 30 por ciento y el sector se encuentra en la cresta de ola. Igual que la bolsa china.

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