
El índice de referencia de la bolsa española cerró con pérdidas del 1,25%, hasta los 10.356,6 puntos, tras moverse entre un mínimo de 10.321,8 y un máximo de 10.566,9. Los inversores negociaron 4.265 millones de euros en todo el parqué encomendándose de nuevo a Wall Street. China puede limitar las subidas de tipos y optar por apreciar el yuan para luchar contra la inflación.
En en el conjunto de la semana, las pérdidas ascienden al 2,39%, que se suceden a las de la semana pasada, que fueron del 2,46%. Mal comienzo de mayo para el Ibex 35 tras las subidas del 2,85% de abril, pero el selectivo todavía se revaloriza un 5,05% en lo que va de año.
"Semana de descensos, especialmente intensos en nuestra renta variable de la que a finales de la semana pasada dábamos cuenta considerando la posibilidad de que estuviésemos describiendo un triángulo que pedía un acercamiento a la zona de soporte de la formación; para lo que eran necesarios nuevos descensos", comentaba Carlos Doblado, de Bolságora.
"Descensos que no se han traducido, al menos en este momento, en confirmaciones de las velas potencialmente bajistas que desplegó el mercado en la semana previa; haciendo falta como hace confirmación de las mismas con ruptura del mínimo previo al cierre. Hasta que suene la campana en Wall Street cotizarán los mercados y habrá posibilidad de confirmación semanal", añadía.
El peor valor de la sesión fue Técnicas Reunidas, que perdió 3,19%; seguido de OHL, que cayó un 2,56%. IAG perdió un 2,37% y Ferrovial un 2,15%. Tan sólo dos valores subieron, Gamesa, con un 2,32%, e Inditex, que lo hizo un 0,47%.
Entre los grandes, la banca se llevó la peor parte, con descensos del 1,93% tanto para Santander como para BBVA. Telefónica, que presentó resultados hoy, cedió un 0,77%, mientras que Iberdrola perdió un 1,05%.
Los mercados estadounidenses se mueven a la baja tras el mal dato de inflación, que repuntó más de lo esperado por los inversores. Hoy, uno de los factores que ha afectado a los mercados han sido las malas previsiones de Bruselas: España no va a cumplir con el objetivo de déficit. Todo ello pesó más que los buenos datos de crecimiento de Alemania y Francia, conocidos antes de la apertura.