
Un dato de inventarios de crudo mucho peor de lo esperado -se esperaba un incremento de 1,5 millones de barriles y finalmente la cifra fue de 3,78 millones- acabó con la tregua que en los últimos tres días habían disfrutado activos como el oro, la plata y el petróleo.
Así, el West Texas volvió a despedirse de los 100 dólares tras caer un 4,08%. Y el barril Brent, referente en Europa, hizo lo propio al ceder un 3,54% hasta los 113,47 dólares, su mayor caída desde el jueves pasado, cuando su precio retrocedió más de un 8% en tan sólo 24 horas.
Estos retrocesos se dejaron sentir en el mercado de acciones. Principalmente en el norteamericano ya que tanto el Dow Jones como el S&P acumulaban a media sesión caídas del 1,5%. Mientras las bolsas europeas cerraban mixtas: el Ibex y el Cac, con ganancias y el Dax y el Ftse, en pérdidas.
Similares correcciones protagonizaron también los metales preciosos. El oro dejó atrás los 1.500 dólares por onza después de que su precio cayera un 1,09% y la plata retrocedió un 8,12% hasta los 35,37 dólares por onza.
El euro pierde los 1,42 dólares
No ayudó, tampoco a las materias primas la fuerte corrección que vio ayer el cruce del euro dólar. El "sí" de Finlandia al rescate de Portugal no logró ocultar el miedo, cada vez más real, a que Grecia se vea obligada a reestructurar su deuda ante la imposibilidad de atender a sus compromisos financieros. Y el resultado volvió a ser el de siempre: las cada día más crecientes dudas sobre la solvencia de la eurozona llevó a los inversores a vender euros y comprar dólares, lo que provocó que la moneda única perdiera los 1,42 dólares hasta los 1,4197 dólares, mínimos desde el 31 de marzo, tras ceder un 1,47% con respecto al billete verde.
No fue sin embargo el dólar la única divisa con la que se depreció el euro. No le sentó nada bien que el Banco de Inglaterra elevara sus previsiones de inflación ya que eso podría obligar al organismo a elevar los tipos de interés, ahora situados en el 0,5%, antes de tiempo. Y la libra reaccionó en consecuencia. Se apreció un 1,31% en su cruce contra el euro y dejó a la moneda única cotizando en las 0,86 libras. Una situación que permanecerá a corto plazo. "Debido a las recientes turbulencias en la periferia europea, los inversores seguirían prefiriendo la libra al euro algún tiempo más", afirman en FX Pro.