Si en tiempos de inestabilidad algo se manifiesta es la volatilidad. Y así quedó patente la semana pasada. Aunque parece que los mercados no se inmutaron prácticamente ante la muerte de Osama Bin Laden, por parte del ejército de los EEUU, sí que lo hicieron ante los datos macroeconómicos de EEUU que se han ido publicando a lo largo de la semana.
Éstos pusieron en entredicho la recuperación de la primera economía del mundo y los inversores se apoyaron en ellos para reducir la exposición en su cartera de las materias primas. Entre ellos, el gurú George Soros, que esta semana ha vendido oro y plata.
Las consecuencias no se han hecho esperar. El crudo retrocedió un 10%, su mayor caída semanal desde diciembre de 2008; el oro perdió los 1.500 dólares tras experimentar en la semana un retroceso del 4,54%, su mayor caída semanal desde 2008; y la plata acumula una depreciación sólo en lo que va de semana del 30%, la mayor caída semanal desde 1975.
No obstante, hoy el crudo, el oro y la plata repuntan. Así, el petróleo se anota una subida del 2,53% hasta los 111 dólares por barril de Brent. En la misma senda se muestra el oro con un alza más tímida de 0.51% hasta los 1503,25 dólares la onza, mientras que la plata asciende un 3,29%.
La caída de la semana pasada no se debió sólo a los malos datos conocidos en EEUU. También a la sorprendente apreciación del dólar, que rebotó después de que Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, aplazara hasta julio una subida de los tipos de interés. Esto provocó que el billete verde se apreciara frente al euro; cambiando así la moneda única a 1,43 dólares. Y a cuanto más sube el dólar, más caen las commodities. Ante esta situación en Ecotrader, el portal de inversión de elEconomista, se ha optado por reducir la exposición en cartera ante la posibilidad de que la volatilidad haya regresado a la materias primas. "No soy optimista para su evolución en los próximos meses, pero me cuesta pensar en un descalabro. Eso sí: la subida de la volatilidad es un buen reflejo de las consecuencias de un exceso de confianza", afirma José Luis Martínez Campuzano, estrategia de Citi. Sin embargo, conviene recordar que en todos los mercados, el de materias primas incluido, una corrección puede ser interpretada de dos formas: como el primer indicio para deshacer posiciones o, por el contrario, como una ventana de entrada. Todo depende de que esa corrección sea tan sólo un bache o un profundo pozo sin fondo. Y para ello es necesario diferenciar.
Petróleo
Si hay una materia prima que haya sufrido en su cotización los malos datos económicos publicados en EEUU, esa es el petróleo. Tanto el barril de Brent, referente en Europa, como el de West Texas han marcado récords de caídas. El jueves el Brent retrocedió un 8%, su mayor caída diaria desde el 2 de marzo de 2009, y rubricó así, con una caída semanal del 11,51%, su mayor retroceso semanal desde la última semana de diciembre de 2008, hasta los 113 dólares. Y eso a pesar de que el buen dato de tasa de paro publicado ayer en EEUU permitió que el crudo cerrara la última sesión de la semana con un leve repunte.
Sin embargo, los datos económicos parece que han sido tan solo la excusa que necesitaban los inversores para deshacer posiciones ahora que las tensiones geopolíticas que tanto han sustentando sus alzas empiezan a disiparse. "La corrección está siendo muy sana porque se están relajando las presiones inflacionistas y las expectativas de subidas de tipos, pero no la vemos como una oportunidad de compra muy clara, ya que hay que tener en cuenta que no había tantas posiciones largas en el mercado desde 1999", afirma Juan Ramón Caridad, director en España de Swiss and Global. No hay que olvidar a este respecto que el crudo acumula sólo en este año una revalorización del 19,26%, por lo que puede que siga recortando esas ganancias a muy corto plazo, a no ser que regresen las presiones inflacionistas -desde Bank of America creen que podría llegar a los 140 dólares si la Fed incrementa en 50 puntos básicos sus expectativas de inflación- . "Los fundamentales seguirán estrechándose en los próximos meses debido al incremento de la demanda y a la contención de la oferta pero los riesgos geopolíticos seguirán reduciéndose, lo que podría presionar a la baja los precios del petróleo después del verano", aseguran desde Nomura.
Diferente es la situación que se puede manejar para el crudo a largo plazo. De momento los que invirtieron hace una década en esta materia prima habrán visto cómo su cartera se ha revalorizado considerablemente. No en vano, el petróleo ha experimentado un rebote del 297% y esto ha sido muy bien aprovechado no sólo por los inversores que tuvieran en cartera algún fondo que invirtiera en derivados, sino también en productos con exposición a petroleras.
De hecho, dos de los seis fondos de materias primas que más rentabilidad han acumulado en la última década invierten en este tipo de compañías. Se trata de Investec GSF Glbl Energy I Acc Grs EUR y Schroder ISF Global Energy I. Ambos cuentan con una calificación de cinco estrellas por parte de Morningstar y obtienen en los últimos diez años una rentabilidad anualizada del 10 y 7,88%, respectivamente.
Metales preciosos
Dos son los grandes protagonistas dentro de este grupo: el oro y la plata. Ambos se han visto afectados por las ventas masivas de commodities que han llevado a cabo los inversores en la última semana pero también ambas han sido, con diferencia, las materias primas que más se han revalorizado en la última década. De hecho, la plata ha sido la clara vencedora incrementando más de 6 veces el precio que marcaba hace diez años. Del mismo modo, el oro no se ha quedado atrás; el metal dorado multiplica por cuatro el precio que registraba entonces. Y los pilares en los que se han apoyado ambas también coinciden: la entrada en escena de los países emergentes en la economía mundial, cuyo crecimiento les han llevado ha incrementar la demanda y han ganado protagonismo en las carteras como activo refugio, en un contexto de concatenación de crisis (subprime, Lehman, deuda pública de la zona euro...).
Sin embargo, con una incertidumbre sobre el futuro crecimiento económico a la vista (ahora lo que preocupa es EEUU), el único motor que puede seguir impulsando el precio de estos metales es el de activo refugio. Y ahí es el oro el que tiene las mayores papeletas para salir ganando. "Seguirá siendo el mayor beneficiado hasta que la Fed decida subir los tipos de interés y por la demanda de los bancos centrales", afirma Javier Flores, director de inversiones de Dracon Partners. "Sus pérdidas serán limitadas por su condición de refugio", afirma Philip Futures, a Bloomberg. Aun así, y aunque Juan Ramón Caridad, director en España de Swiss & Global, coincide en señalar al oro como el metal que podría olvidarse antes de la corrección vista en la última semana, también advierte de que "la evolución de todas las materias primas a corto plazo estarán ligadas a la evolución del dólar". Es decir, si el dólar prolonga sus alzas, las commodities prolongarán sus caídas y viceversa.
En todo caso, si uno piensa a largo plazo, no está de más echar un vistazo a los fondos que mejor comportamiento han tenido en la última década gracias a su inversión en materias primas y, más concretamente, en acciones de compañías mineras. Sus nombres son BGF World Gold A2 EUR o SGAM Fund Eqs Gold Mines A, que en la última década han obtenido una rentabilidad anualizada del 18 y 15% respectivamente.
Las perspectivas para la plata no están tan claras. El metal ha marcado precios no vistos en más de 30 años y ha duplicado su valor en los últimos doce meses, frente al 25% que ha ganado el oro. Y esto explica que la corrección que está sufriendo sea tan virulenta y, lo que es peor, que se mantenga en el tiempo. Y por varias razones. Primero, porque es un metal muy ligado a la economía -se calcula que el 40% de su demanda está ligada a usos industriales- por lo que una caída de ésta le afecta negativamente. Lo segundo, porque los traders tienen ahora que hacer frente a un incremento de costes por comprar derivados que les permitan cubrirse frente a caídas. Y lo tercero, porque "la plata ya no responde a criterios fundamentales, sino especulativos", según afirma Javier Flores.
Similares sensaciones son las que presentan otros metales industriales, cuyo mayor representante es el cobre. El metal rojizo, al igual que el resto de materias primas lleva la friolera de 10 años acumulando grandes rentabilidades -se ha revalorizado un 420% en este periodo- pero, tampoco ha escapado, al igual que otras commodities a la fiebre vendedora de la última semana. En los últimos cinco días ha experimentado una depreciación del 3,47%. Su futuro a corto plazo será más similar al de la plata que al del oro. Aunque sobre todo su evolución está muy ligada a los datos macroeconómicos, no tanto de EEUU, sino de China, uno de sus principales exportadores.
Agrícolas
Es, de todos, el mercado más difícil de analizar. Las condiciones climatológicas adversas y la fuerte demanda de los países emergentes llevaron el año pasado a que materias como el trigo o el maíz acumularan precios históricos. Y muchas han corregido mucho desde entonces, incluyendo la última semana. Sin embargo, mientras no peligre la recuperación económica de los países emergentes y siga creciendo la demanda, lo más probable es que las materias primas blandas no experimenten grandes correcciones. "No ha habido una razón clara que explique las fuertes ventas que se han visto en las materias primas agrícolas y no creemos que se mantengan en el tiempo, ya que sigue habiendo mucha especulación en torno a ellas, sobre todo al grano, la soja o el café", afirman en Barclays.
De momento, en los últimos diez años el café ha sido de las materias primas la que mas se ha apreciado, un 347% según los datos de Bloomberg, seguido por el grano (263%). Sin embargo, no ha sido hasta en los últimos años cuando los gestores se han dado cuenta del potencial de estas commodities y esto explica que hayan aflorado fondos de inversión que no sólo invierten en futuros sobre estas materias primas principalmente, sino también en compañías ligadas a ellas.