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El tribunal del 11-M no pudo probar la autoría intelectual

MADRID (Reuters) - Ni "El Egipcio", ni Belhadj, ni El Hasky. Los atentados del 11 de marzo se han quedado sin autor intelectual - o inductor, como se califica en términos jurídicos - al no haber encontrado los magistrados ninguna prueba sólida contra ellos que pudiera demostrar la tesis de la Fiscalía, explicaron el miércoles fuentes próximas al tribunal.

Hassan el Hasky y Youssef Belhadj sí han sido condenados por pertenencia a organización terrorista, el primero
a 15 años por atribuirle el grado de dirigente, mientras que el segundo lo ha sido a 12.

Además, "El Egipcio" ya cumple condena en Italia por pertenencia a organización terrorista, por lo que no se le
puede sentenciar por el mismo delito.

"Tenemos la manía de querer buscar estructuras tradicionales de grupos terroristas. Estos grupos conocen el
mundo occidental, no pertenecen a nada pero están en todos sitios", añadieron las fuentes. "El problema es que
vamos detrás".

"El tribunal jamás justifica por qué un terrorista comete un atentado. Su justificación le trae sin cuidado", indicó
una fuente jurídica.

En cambio, la sentencia pone cara a las manos que pusieron las 13 mochilas-bomba en los cuatro trenes de
Cercanías que explotaron aquella mañana de 2004, causando 191 muertos y más de 1.800 heridos.

A Zougam le identifican, "sin ningún género de dudas", tres de los pasajeros de aquel tren. Por ello, ha sido
condenado a más de 43.000 años de cárcel.

La claridad de las pruebas con El Gnaoui contrasta con la dificultad de atribuir la autoría a Abdelmajid Bouchar
- conocido por "el gamo" por su rápida huida de Leganés el 3 de abril - ya que en la vista oral se retractó la testigo
que creyó verle en Entrevías el 11-M.

Otra sorpresa ha sido la protagonizada por uno de los personajes que más llamó la atención durante el juicio,
Rafa Zouhier, condenado a 10 años, frente a los más de 36.000 que pidió la Fiscalía tras el juicio por considerarle
cooperador necesario.

Respecto a la denominada trama asturiana, las fuentes explican fácilmente las inesperadas absoluciones de los
hermanos Antonio y Carmen Toro. El ex cuñado de Emilio Suárez Trashorras ya fue condenado por los delitos que
se le atribuían por la "operación Pipol", que abarca hasta mediados de 2003.

/Por Teresa Larraz/

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