La oleada de revoluciones que sacudió al mundo árabe a principios de año y la recuperación económica de Alemania y Francia han dejado su huella en el parqué español. Los títulos de Sol Meliá y NH Hoteles ya han recogido los frutos de las mejoras registradas por el desvío del turismo hacia España -la ocupación en Semana Santa ha superado el 85 por ciento y los ingresos crecieron un 10 por ciento -.
Desde que estalló la crisis política en Túnez NH y la cadena que preside Gabriele Escarrer han visto como sus títulos se revalorizan un 60,5 y un 21,6 por ciento respectivamente hasta los 5,38 euros y los 8,60 euros. Estas subidas han dejado sin potencial alcista a ambos valores cuyos precios objetivos son inferiores al que las dos compañías tienen hoy en bolsa. Tras este fuerte repunte, impulsado por la resurrección del sector en Semana Santa y las buenas perspectivas para el verano, los títulos de las cadenas parecen haber recogido el positivo escenario nacional.
Las acciones de las hoteleras ya se han comido las mejoras que se prevén en el sector y se han quedado sin potencial alcista. No en vano, las acciones de NH que la semana pasada vieron subidas del 6 por ciento sufrieron ayer una corrección hasta caer un 1,28 por ciento. Ambas tienen recomendación de mantener a menos que mejoren las robustas previsiones (se ha elevado hasta el 65 por ciento la estimación de ocupación y el mercado espera que NH deje los números rojos en 2011 con unos beneficios de 19 millones) y se eliminen incertidumbres financieras.
El año ha empezado con subidas en el volumen de la ocupación y el precio de las habitaciones. El revpar -ratio que mide las ganancias por habitación disponible- de Sol Meliá en enero creció un 11,3 por ciento frente al 8,9 por ciento de 2010 y el de NH creció en 2010 un 9,59 por ciento debido al aumento de la ocupación. Con este panorama se espera que las hoteleras registren buenos resultados en 2011. Fuentes de mercado aseguran que de confirmarse esta situación, animada por el aumento de la demanda internacional (las pernoctaciones del turismo extranjero crecieron un 13,5 por ciento), se puede ver cierto movimiento en sus acciones en lo que queda de año. Aunque el mercado mira con mejores ojos a Sol Meliá que a la cadena que preside Mariano Pérez Claver.
El peso de la deuda
El quid de por qué el mercado confía más en la mallorquina que en NH (a la que no han revisado el precio al alza pese a las fuertes subidas) radica en la deuda. Pese al amplio margen de mejora de su ebitda en el largo plazo (tiene una previsión de crecimiento del 77 por ciento frente al 29 por ciento de Sol Meliá) la situación financiera de la hotelera es delicada y su presidente tiene muchos frentes abiertos. Todavía está por concluir el proceso de desinversión de activos de 300 millones, y la compañía tiene por delante un proceso de renegociación del crédito sindicado de 650 millones que vence en 2012. Sólo este año la cadena tiene que hacer frente a unos vencimientos de 314 millones del crédito sindicado.
A este proceso de refinanciación se suma la elevada deuda neta que tiene la compañía. La otra cara de la moneda es Sol Meliá. La cadena mallorquina tiene una deuda neta de 950 millones, 3,06 veces ebitda: 1.000 millones, 6,7 veces ebitda (beneficios antes de intereses, impuestos y amortizacines), y en 2010 renegoció los vencimientos por lo que apenas pagará 80 millones este año.
Las internacionales sufren
Mientras las hoteleras españolas recogen los frutos de la crisis árabe, las principales cadenas extranjeras han sufrido fuertes caídas en bolsa y alguna revisión a la baja de sus precios objetivos. Esta tendencia bajista choca con las subidas registradas por las principales cadenas durante el tercer trimestre de 2010 cuando la recuperación de la ocupación y los ingresos de ese año llevaron a las hoteleras a beneficios.
Accor pasó de registrar unas pérdidas de 282 millones a ganar 3.600 millones de 2010 y en el primer trimestre de 2011 facturó un 5,8 por ciento más. Durante el cuarto trimestre sus acciones subieron un 32 por ciento pero, desde enero, acumulan caídas del 9,3 por ciento. Con Marriott la historia se repite. Pese a haber ganado un 21,6 por ciento más hasta marzo sus títulos acumulan una caída del 21,3 por ciento. Detrás de estas caídas está la inseguridad del mercado sobre la evolución del turismo en los países donde cadenas como Marriott, Intercontinental o Shangi-La Asia poseen gran parte de su negocio: Oriente Medio, Asia, Norteamérica.
La inseguridad política que reina en Túnez, Egipto y Siria, la guerra en Libia y la crisis nuclear de Japón amenazan los resultados de los establecimientos que tienen presencia en la zona ya que las reservas se están desviando a Europa y España. Por otra parte, según el vicepresidente de Marriott, Carl Berquist, la demanda en EEUU, que aporta el 35 por ciento de sus ingresos, es más débil de lo esperado.