Las turbulencias bursátiles también tienen su lado amable para unos inversores muy concretos, los que han invertido en vino. La casa de subastas Sotheby's, que encabeza el sector vinícola europeo, cree que los momentos revueltos en los parqués empujan a las inversiones alternativas como el arte, y también el vino.
Mientras los mercados de todo el mundo se movían este verano con dudas por la crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos, el índice londinense Liv-Ex 100 mantenía una marcada línea ascendente que le llevó a alcanzar un récord histórico en julio. Este índice incluye los precios de los 100 vinos de primera línea que se negocian con mayor regularidad en todo el mundo.
El Liv-Ex 100, considerado por el diario Financial Times como la versión vinícola del S&P 500, ha subido más de un 43 por ciento en lo que va de año. Una revalorización que supera ampliamente la de casi todos los activos más tradicionales. El Dow Jones ha ganado este año un 8,8 por ciento, el índice alemán Dax un 18,65 por ciento, el Ibex 35 un 8,93 por ciento, el oro un 18,9 y el petróleo un 41.
Además, el Liv-Ex 100 se ha disparado un 113,5 por ciento desde 2006 y un 151 por ciento desde 2005. "A lo largo de los dos últimos años, la gente ha visto el fenomenal crecimiento del vino, y ese es el motivo por el cual están poniendo dinero en él ahora, como alternativa de las acciones", comenta Stephen Mould, director sénior de Sotheby's.
A comienzos de 2000, cuando hubo una caída de las acciones mundiales, mucho capital se dirigió a las artes y también artículos de lujo como el vino, que también suele estar impulsado por las grandes cosechas.
"En 2001 teníamos la vendimia de 2000, aclamada como cosecha del siglo. Más recientemente en 2005, el interés y las especulaciones vinculados con todo el dinero que circulaba en el momento hicieron subir dramáticamente al mercado secundario. De hecho, algunos vinos se duplicaron y triplicaron en poco tiempo", exlica Mould.
Este especialista de Sotheby's da pistas sobre los vinos más demandados este año y señala a los caldos franceses de Burdeos como los más interesantes. Mould también cree que "en Estados Unidos hay algunos vinos de California atractivos, pero los más vendidos son los de Burdeos".
Mould informa respecto a la cosecha de 2006 de que "había inversores interesados en los vinos de primer nivel, y los de categorías inferiores fueron más difíciles de vender".