La nueva temporada de resultados empresariales ya ha comenzado. Sin embargo, esta semana los mercados han estado más atentos a los nuevos brotes de las tensiones periféricas que a si las compañías (en España, Banesto y Bankinter) batían o no las previsiones. El pasado jueves, ante la posibilidad de que Grecia deba llevar a cabo una reestructuración de su deuda y a que Finlandia pueda paralizar el rescate de la economía lusa, el riesgo volvió a los periféricos. Los diferenciales de estos países se dispararon y los inversores empezaron a deshacer posiciones en el sector bancario del Viejo Continente, lo que arrastró a los principales indicadores al terreno de pérdidas. Tras esta corrección los mercados no consiguieron reponerse y cerraron la semana en números rojos.
La bolsa española y la italiana fueron, después de la griega, las más penalizadas en los últimos cinco días. Y es que los nuevos temores en la eurozona han demostrado que aunque la situación de estos dos países es muy distinta a los ya intervenidos, no todo está resuelto. El Ibex 35, tras ceder ayer un 0,6 por ciento, se despidió de la semana con unas pérdidas del 3,25 por ciento que le llevó a descolgarse hasta los 10.558 puntos, mientras que en Milán las caídas fueron del 2,54 por ciento. En el caso español, además del riesgo país, se le sumó la falta de credibilidad que demostró cuando la Corporación de inversores de China desmintió al Gobierno español al aclarar que no apoyará al sistema financiero español con la cantidad de 9.000 millones.
Los olvidados 'PIIGS'...vuelven
La semana pasada, los mercados celebraban la solvencia de España alejándola incluso del famoso grupo de los PIIGS -Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España-, término empleado para definir a los países con más posibilidad de insolvencia. Sin embargo, cinco días dan para mucho y en los mercados también. A pesar de que "la posibilidad de que Grecia reestructure su deuda ofreciendo una quita a sus acreedores (se rumorea que podría ser del 50 por ciento) no es un escenario muy probable a corto plazo", tal y como asegura el estratega de mercados de IG Markets Daniel Pingarrón, la noticia ya se reflejó en los diferenciales de los PIIGS. Especialmente en los de Grecia y Portugal, que marcaron máximos históricos.
El diferencial entre el bono griego a diez años y el alemán fue el que más escaló en los últimos cinco días al pasar de los 937 a los 1.044 puntos básicos. Un riesgo que se palpó también con rotundidad en el seguro contra el impago (CDS) de la deuda helena, que marcó un nuevo máximo histórico al superar los 1.220 puntos. Igualmente, los temores de que el rescate de Portugal pudiera peligrar también lastró al mercado de deuda lusa. El diferencial entre el bono portugués y su homólogo alemán alcanzó los 561 puntos básicos, frente a los 518 puntos del pasado viernes, mientras que los costes de asegurarse contra los impagos se situó en los 603 puntos básicos.
En el resto de los PIIGS, aunque no marcaron máximos, los spread de deuda también se intensificaron (ver gráfico). En el caso español, las tensiones periféricas llevaron a la prima de riesgo a los 203 puntos básicos, casi 30 puntos más elevada que hace una semana, y a los CDS a los 235 puntos básicos. La presión de los mercados llevó, incluso, a BBVA y a Santander a colocarse (por este orden) como los dos bancos mundiales con los seguros contra el impago más elevados. Un temor al que se le suma la fuerte caída del 5,45 y 4,58 por ciento que registraron en sus cotizaciones. No obstante, estas abultadas pérdidas en la banca no son una excepción ya que fue uno de los sectores más penalizados en Europa al dejarse más de un 3 por ciento (ver gráfico).
El oro también reluce en el parqué
Los inversores hicieron las maletas para la Semana Santa o, en otros casos, para irse simplemente de fin de semana, alejándose de la renta variable y acercándose a activos refugio, como es el caso del oro. Tanto es así que el precio de la onza de este metal precioso alcanzó un nuevo máximo desde enero de 2010 al situarse en los 1.485 dólares (un precio un 0,8 por ciento más elevado que la semana pasada), aunque llegó incluso a tocar los 1.487 puntos.
Por el contrario, el petróleo Brent -de referencia en el Viejo Continente- no consiguió saldar la semana al alza. Ayer, el barril de petróleo valía 123 dólares, frente a los más de 126 dólares que los inversores pagaron por él tan solo cinco días antes.