KARACHI (Thomson Financial) - Al menos 130 personas murieron y unas 400 resultaron heridas en un doble atentado ocurrido en la noche del jueves al viernes en Karachi (sur de Pakistán) dirigido contra la ex primera ministra Benazir Bhutto, que regresó el jueves a su país tras ocho años en el exilio.
Por Danny Kemp
Es el mayor atentado suicida y con el mayor número de víctimas de los que se han cometido nunca en Pakistán, a pesar de que Karachi, la ciudad más poblada del país, había sido tomada por más de 20.000 policías para evitar que las amenazas de atentado por parte de los islamistas se llevaran a cabo.
El presidente del país, el general Pervez Musharraf, que tomó el poder en 1999 tras un golpe de Estado incruento y que negocia desde hace meses repartirse el poder con Bhutto, condenó el atentado y lo definió como 'un complot contra la democracia'.
El atentado se produjo durante un desfile organizado para dar la bienvenida a Bhutto y que había comenzado nueve horas antes. Una granada y una bomba explosionaron a pocos metros del camión blindado en el que viajaba la ex primera ministra, que salió ilesa del ataque.
Además de los 130 muertos, el atentado provocó, por lo menos 400 heridos, según un recuento realizado por la AFP contabilizando los balances ofrecidos por los responsables de los cinco hospitales de Karachi adonde fueron trasladados los muertos y heridos.
En el lugar de la masacre, la calzada estaba cubierta de sangre y de trozos de los cuerpos de las víctimas, según constataron los fotógrafos de la AFP.
'El atentado suicida estaba dirigido contra Benazir Bhutto', explicó a la AFP el jefe dela policía de Karachi, Azhar Farooqi. 'Primer se ha lanzado una granada contra la muchedumbre y posteriormente un suicida ha hecho explotar la carga que llevaba sobre sí', añadió.
Todos los testigos han oído dos explosiones. 'Ha sido una operación planeada meticulosamente y llevada a cabo por gente experimentada, no por novatos', dijo el jefe policial.
El marido de Bhutto, Asif Ali Zardari, denunció que los servicios de inteligencia paquistaníes están detrás del atentado. 'El atentado no ha sido perpetrado por combatientes islamistas, sino por la agencia de espionaje', dijo Zardari a la cadena de televisión Ary One.
Posteriormente, una fuente cercana a la ex primera ministra matizó que no se refería a la principal agencia de inteligencia de espías, la Inter-services Intelligence spy agency, que está dirigida por los militares.
Bhutto y las autoridades paquistaníes temían un atentado tras la publicación en la prensa de las amenazas lanzadas por un comandante de combatientes islamistas relacionados con los talibanes y Al Qaida, implantados en las zonas tribales del nordeste de Pakistán.
La antigua primera ministra estaba amenazada de muerte después de haber prometido en diferentes ocasiones 'erradicar la amenaza islamista' de su país, que vive una ola de atentados terroristas desde hace más de tres meses.
Estados Unidos, país que hizo del régimen de Musharraf un aliado clave en su 'lucha contra el terrorismo', condenó 'el atentado brutal'. 'Los extremistas no lograrán impedir a los paquistaníes de elegir sus representantes a través de un proceso democrático y abierto', dijo la Casa BLanca, haciendo alusión a las elecciones legislativas que se celebrarán en enero del 2008.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y los países de la UE condenaron asimismo este 'espantoso' atentado.
La ex primer ministra, que abandonó su Pakistán natal en 1999 para evitar ser procesada por corrupción, derramó lágrimas de emoción al pisar su país.
Dos veces jefa de gobierno (1988-1990 y 1993-1996), prometió restablecer la democracia en Pakistán, dirigido por el general Pervez Musharraf desde el golpe de Estado que dio en octubre de 1999 sin derramamiento de sangre.
Bhutto regresó este jueves a Pakistán con el proyecto de aupar su partido en las legislativas previstas a mediados de enero de 2008. Desde hace meses negocia, con la bendición de los estadounidenses, un acuerdo de reparto de poder con Musharraf.
Recibida por unas 250.000 personas, según la policía, y vestida con los colores nacionales, con una túnica verde sobre pantalón blanco y velo del mismo color, Bhutto descendió del avión que la había trasladado a Karachi tranquilamente. Al pisar su tierra rompió a llorar.
'Es un momento histórico y lleno de emociones. Estoy conmovida por la muchedumbre que vino a recibirme', dijo.
'Tengo más edad, he aprendido mucho a lo largo de los últimos veinte años, pero seguimos luchando contra una dictadura. Queremos aislar a los extremistas y construir un Pakistán mejor', declaró a la AFP.
Bhutto se subió luego a un camión, en el que se mantuvo en pie, sin prestar atención a las pantallas blindadas instaladas en el vehículo, que emprendió una procesión, de una duración prevista de 18 horas, hacia el mausoleo del fundador de Pakistán, Muhamad Ali Jinnah.
En esa procesión participaba 'más de un millón' de seguidores, según el PPP, en homenaje a la primera mujer jefe de un gobierno en un país musulmán y también la primera que dirigió la República Islámica de Pakistán, una potencia nuclear de 160 millones de habitantes.
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AFP/jr
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