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El euro toma la delantera en las divisas de la mano del BCE

El euro se había despedido de la barrera de los 1,45 dólares en enero de 2010 con los primeros coletazos de la crisis de la deuda soberana de la zona euro. Desde entonces, tres europaíses -Grecia, Irlanda y Portugal- han tenido que pedir ayuda para poder afrontar sus compromisos financieros. El último de ellos lo hizo hace una semana. Pero eso no impidió que la moneda única reconquistara la cota de los 1,45 dólares tras 15 meses de sobresaltos periféricos. Escaló hasta un máximo diario de 1,452 dólares, para luego moverse en torno a los 1,448.

Como trasfondo de esta fortaleza figura la mano del Banco Central Europeo (BCE) y su aún reciente subida de los tipos de interés, mediante la que encareció el pasado jueves el precio del dinero del 1 al 1,25 por ciento. Es más, la institución monetaria se ha convertido en el principal factor de influencia sobre la divisa europea, en detrimento de la crisis periférica. Y mientras ésta presionaba a la baja sobre el euro, aquélla empuja ahora hacia arriba. Viene siendo así desde que en la primera reunión del año, del 13 de enero, el BCE ya se mostró impaciente sobre la marcha de los precios y, sobre todo, desde que el 3 de marzo oficializó su intención de elevar los intereses en breve.

Con el aliento de la entidad presidida por Jean-Claude Trichet en la espalda, el euro se está erigiendo en 2011 como la divisa más fuerte entre las principales del mundo. Se aprecia contra todas, sin excepción, en una secuencia que oscila entre el 0,1 por ciento que avanza contra la corona danesa -ambas divisas están vinculadas- y el 11,5 por ciento que sube contra el yen japonés. Con respecto al dólar norteamericano acumula una subida del 8 por ciento que le permite alcanzar su cambio más alto desde enero de 2010. Pero no es la única moneda contra la que se encuentra en máximos del año. El euro no compraba tantas libras (0,891) desde marzo de 2010 y tantas coronas suecas (9,11) desde diciembre del año pasado.

Distintos tiempos

Este empuje responde a que el BCE se ha convertido en el primero de los principales bancos centrales en elevar los tipos en 2011. Y esas prisas se han reflejado en la divisa; es más, lo seguirán haciendo mientras la Reserva Federal (Fed) estadounidense o el Banco de Inglaterra (BoE), entre otros, no anticipen su intención de subir los intereses. "El comportamiento del BCE es muy diferente al compromiso de la Fed con la expansión cuantitativa y las medidas menos convencionales. No parece posible que la Fed vaya a seguir los pasos del BCE pronto", vaticina Tanguy Le Saout, director de renta fija soberana y corporativa de Pioneer Investments. "No esperamos que el BoE cambie su postura hasta el final del verano y la Fed hasta final de año", pronostica igualmente Azad Zangana, economista para Europa de Schroders.

Mientras otros bancos centrales no varíen su mensaje, el euro podría seguir subiendo porque, como subrayan desde Royal Bank of Scotland, "hay menos incertidumbre acerca de las credenciales antiinflacionistas del BCE y éstas han apoyado a la moneda única en las últimas semanas". En este sentido, el mercado da por hecho que el BCE seguirá adelante con la subida de los tipos, hasta situarlos a final de año en torno al 1,75 por ciento.

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