Beatriz Juez
Nueva York, 18 oct (EFECOM).- Wall Street rememora, en plena tormenta financiera por la crisis inmobiliaria y crediticia, el "crack" del 87 o "lunes negro", uno de los peores días de la historia de la Bolsa de Nueva York, y se pregunta si podría volver a ocurrir, coincidiendo con la celebración mañana de su vigésimo aniversario.
Reportajes en la televisión y en la prensa estadounidense recuerdan una fecha que para muchos inversores y brokers del parqué neoyorquino se tiñó de negro: el 19 de octubre de 1987, día en el que el Dow Jones, el índice más importante de Wall Street, sufrió en una sola sesión una caída porcentual mayor que en las peores sesiones del "crack" del 29.
Ese día el Dow Jones se desplomó 508 puntos o un 22,6 por ciento y cerró en 1.738,74 unidades, lo que hoy equivaldría a una caída de 3.100 puntos.
Durante el gran "crack" del 29, las mayores pérdidas porcentuales registradas en el Dow Jones fueron del 12,8 por ciento, el 28 de octubre, y del 11,7 por ciento al día siguiente.
En la lista de días negros de Wall Street sólo le supera el 12 de diciembre de 1914, cuando el Dow Jones se desplomó un 24,4 por ciento, después de haber permanecido la Bolsa de Nueva York cerrada cuatro meses durante la primera Guerra Mundial.
En la última década la peor caída porcentual registrada ocurrió el 17 de septiembre de 2001, seis días después de los atentados del 11-S en Estados Unidos, cuando el Dow Jones bajó 684,81 puntos, es decir, un 7,1 por ciento.
El "crack" del 87 anuló en una sola sesión bursátil buena parte de las ganancias que se habían acumulado en el "boom" de cinco años de subidas continuadas en la Bolsa de Nueva York.
También supuso un jarro de agua helada para pequeños y grandes inversores en una época en la que el olor del dinero atrajo a muchos especuladores, tal y como retrataron magníficamente el director Oliver Stone en la película "Wall Street" y el escritor Tom Wolfe en "La hoguera de las vanidades".
El "lunes negro" tuvo su prólogo el viernes anterior, cuando el Dow Jones bajó 108 puntos (4,6 por ciento), pero nadie imaginaba entonces que en la próxima sesión bursátil el pánico cundiría en Wall Street y que este índice se desplomaría 508 puntos.
El "crack" del 87 incluso pilló desprevenido a Alan Greenspan, que hacía dos meses había sido nombrado presidente de la Reserva Federal de EEUU y que ese lunes volaba a Dallas (Texas) para acudir al día siguiente a una reunión de la Asociación de Banqueros Estadounidenses.
Cuando aterrizó, Greenspan preguntó qué había pasado con la Bolsa y un ayudante le dijo que había bajado "cinco, cero, ocho" y el presidente de la Reserva se mostró satisfecho porque entendió que sólo había caído 5,08 puntos, pero la cara del asesor le reveló que en realidad había caído 508 puntos, según recuerda en su libro "La era de la turbulencia".
Los analistas se encuentran divididos sobre si un "crack" como el del 87 podría volver a ocurrir en la Bolsa de Nueva York.
Algunos, como E.S. Browning del diario económico The Wall Street Journal, consideran que a pesar de las turbulencias del mercado crediticio e inmobiliario en Estados Unidos, un "crack" como el del 87 no es probable que vuelva a ocurrir porque Wall Street ya aprendió la lección y tomó medidas para que esto no ocurra de nuevo.
Sin embargo, otros, como Andrew Bary de la revista Barron's, creen que podría volver a ocurrir por los paralelismos que hay entre la situación económica de 1987 y la actual: debilidad del dólar, alza del petróleo, miedo a la inflación, un largo ciclo de expansión económica y una Bolsa alta.
Bary cita como posibles detonantes de un "crack" de este tipo un ataque de Estados Unidos a Irán, que provocaría un alza del precio del petróleo, o una ralentización de la economía o una crisis financiera en China.
El analista de Barron's recuerda que una de las causas que precipitó la negra jornada bursátil de hace veinte años fue precisamente el ataque de Estados Unidos a dos petroleras iraníes en el Golfo Pérsico que Washington consideraba que se habían utilizado para atacar a un petrolero estadounidense. EFECOM
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