Bolsa, mercados y cotizaciones

El mercado diferencia: España se libra del castigo infligido a Portugal

La experiencia es un grado. También en los mercados financieros. Con los rescates de Grecia e Irlanda ya a sus espaldas, los inversores maniobraron con suma frialdad tras la dimisión del primer ministro luso, José Sócrates, en la noche del miércoles, que parece condenar de forma definitiva a Portugal a entonar el SOS para solicitar la asistencia de la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF), también conocida como fondo de rescate. A diferencia de los precedentes heleno e irlandés, en esta ocasión no se apresuraron en pensar quién será el siguiente y obrar en consecuencia. Simplemente siguieron vendiendo bonos portugueses, incrementando así la sensación de que el tiempo se le ha acabado. Y no fueron más allá, un comedimiento que benefició principalmente a la deuda pública de España, que es, presuntamente, la siguiente en las quinielas.

Esta disparidad se reflejó en sus respectivos rendimientos. Como consecuencia de las ventas, la rentabilidad de los títulos lusos repuntó -sube cuando el precio de la deuda baja- hasta los niveles más altos desde el nacimiento del euro en 1999. En el caso de los bonos a 10 años escaló del 7,63 al 7,66 por ciento, con un máximo diario del 7,72 por ciento, mientras que la deuda a cinco años pasó del 8,18 al 8,21 por ciento, aunque llegó incluso al 8,4 por ciento. Por el contrario, las ventas fueron moderadas en el caso español, hasta el punto de que la rentabilidad de los bonos a 10 años se mantuvo en el 5,17 por ciento de la víspera.

La distinta respuesta del mercado condujo a que la prima de riesgo que los inversores exigen a la deuda lusa a 10 años sobre la española alcanzó su nivel más alto desde el nacimiento del euro. Por la mañana llegó a ampliarse hasta los 255 puntos básicos -ó 2,55 puntos porcentuales-, todo un síntoma de que cada vez miran con unos ojos más diferentes a la situación de Portugal y España. Adicionalmente, la prima de riesgo de los bonos españoles con respecto a los alemanes se estrechó de los 194 a los 192,5 puntos. "Los diferenciales de España no se han ampliado a pesar de la crisis de Portugal, por lo que la percepción del riesgo de mercado de España definitivamente está cambiando a mejor, muy lejos de los máximos vividos en enero", certifica Miguel Paz, director de gestión de Unicorp Patrimonio. En efecto, tras el rescate de Irlanda en noviembre de 2010, el diferencial entre la deuda española y los bunds se amplió hasta los 283 puntos básicos; y a comienzos de 2011, cuando la presión comenzó a arrinconar a Portugal, alcanzó los 267 puntos básicos.

No es lo mismo

De este modo, se confirma una tendencia que ya venía vislumbrándose en los últimos tiempos y que posee una relevancia clave para la deuda española. Más que nada, porque, de mantenerse, significaría que el mercado dejará de pensar que España es la siguiente en la lista tras Grecia, Irlanda y Portugal.

"En los últimos meses ha sido remarcable que a pesar de las continuas preocupaciones sobre Grecia, Irlanda y Portugal, los inversores han ido diferenciando de forma creciente entre estos países y los países periféricos más grandes, particularmente España. Por primera vez desde el comienzo de la crisis, no todos los diferenciales periféricos han estado correlacionados y se ha movido en la misma dirección", subrayan los expertos de Barclays. Y añaden: "A corto plazo puede haber renovadas presiones sobre la prima de riesgo española, pero creemos que los mercados continuarán diferenciando entre los países más pequeños y más grandes y no esperamos que los diferenciales se amplíen tanto como en las primeras fases de la crisis". En términos similares se expresa Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG Markets, quien no duda en destacar "el enorme e inédito énfasis que hacen los mercados en separar la situación de España de la de Portugal, algo que no se hacía antes". "El contagio al resto de Europa es posible, pero no creemos que los riesgos de España sean tan altos como para seguir a los de Portugal", agregan desde Royal Bank of Scotland (RBS).

Bolsas y oro al alza

Otra demostración de la madurez adquirida por los inversores con respecto a la crisis de la deuda periférica se observó en los mercados bursátiles. Toda vez que el rescate de Portugal está descontado desde hace semanas, la incertidumbre por la dimisión de Sócrates sólo generó dudas en los parqués en el arranque de la sesión. En esos primeros compases, el Ibex 35 español llegó a caer un 1,1 por ciento. Pero antes de cumplirse la primera hora de negociación ya estaba en positivo, y ahí siguió hasta registrar al cierre un avance del 1,1 por ciento, hasta los 10.755,6 puntos.

En las bolsas no hubo distinciones. Subió hasta el portugués PSI 20, que repuntó un 1,1 por ciento. Mayor fuerza demostró el Dax alemán, que volvió a terreno positivo en 2011 gracias a una revalorización próxima al 2 por ciento en la sesión de ayer.

Otro activo que también llegó a registrar ganancias fue el oro. Aupado por su condición de activo refugio -y por tanto como protección contra Oriente Medio, Japón y la crisis periférica- y por ser receptor del dinero especulativo -que ha vuelto progresivamente al mercado en las últimas jornadas-, la onza del metal precioso escaló hasta los 1.447,8 dólares, el precio más alto de la historia.

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