La inestabilidad política de Arabia Saudí acapara la atención de los mercados mundiales. Y los problemas del país no son pocos: a las revueltas de sus vecinos y a la subida del crudo se le une la sucesión del rey Abdullah, momento que los opositores quieren aprovechar para reivindicar sus demandas. El cóctel ha hecho que hoy la bolsa del país se desplomara casi un 7%.
Esta situación política impide que Arabia Saudí, el mayor exportador de petróleo del mundo, actúe realmente para frenar la escalada de precios a pesar de que es consciente del impacto que tiene en la economía mundial.
Hasta ahora, las tensiones internas se habían solucionado a base de petrodólares, pero esta vez podría no ser suficiente. Paradigmático resulta el estímulo de 36.000 millones de dólares para los más desfavorecidos con el que trata de comprar estabilidad.
El peso de las cuestiones políticas
Según publica hoy la CNBC en MoneyWatch, el reino no tomará medidas reales para frenar la escalada del crudo a menos que el Brent llegue a los 120 dólares. Y ello a pesar de haber anunciado públicamente que produciría más petróleo ante las revueltas en Libia. Arabia Saudí podría estar mintiendo sobre sus reservas de petróleo, según WikiLeaks.
La cadena estadounidense asegura que ésta es la conclusión a la que ha llegado una firma de inversión en un informe interno que cita contactos dentro de la OPEP. MoneyWatch ha tenido acceso a el mismo con la condición de no nombrar a la firma.
La razón detrás de la decisión de Arabia Saudí sería más política que económica: tanto los problemas en el exterior como en los problemas sucesorios dentro del país hacen que ahora mismo el reino no actúe para tener bajo control los precios.
Así lo aseguran las fuentes de la OPEP en el informe: "Ellos (las fuentes) aseguran que encarar el problemas desde un punto de vista económico es erróneo. Arabia Saudí sólo incrementará significativamente el volumen de petróleo si finalmente hay una interrupción en otro sitio. Irán está asegurando públicamente que 120 dólares es un precio justo para el barril, y los saudíes no quieren arriesgarse a ser acusados de ser pro-occidentales. Y ello independientemente de que el barril a 120 dólares pueda afectar al crecimiento global y la demanda de crudo. No es el asunto crítico hoy".
El problema de la sucesión
Todo ello lleva a pensar que el último movimiento de Arabia Saudí, prometiendo incrementar la producción, no durará mucho o que al menos no será tan importante como se podría esperar.
De hecho, el informe asegura que ahora mismo los líderes de Arabia Saudí tienen otras cosas en mente que les impiden tomar decisiones más drásticas en cuanto a la producción de petróleo.
"La mayor amenaza es (...) la inestabilidad saudí cuando el rey muera. Sabemos que está gravemente enfermo, pero no hay ningún indicio de cómo de crítica es su condición. Pero sí que se da por sentado que la siguiente transición presentará una amenaza mucho mayor", asegura el informe.
"Los grupos con intereses creados han estado esperando está transición para tratar de imponer su agenda. Arabia Saudí experimentó una considerable inestabilidad regional hasta hace 10 años, pero la controló con un mayor gasto basado en el petróleo. Pero el problema hoy en día es igual de malo, si no peor. Sólo ha habido unas pocas reformas de las prometidas", añade la firma.
Los problemas en Bahrein
"El resentimiento hacia la riqueza con la familia real es muy alto (...) Y aunque se calme la situación en otros países, la amenaza sucesoria está claramente sobre la mesa. Lo que pase en Bahrein podría ser la clave. Sólo esto puede mantener el mercado de petróleo nervioso todo este año".
Precisamente desde Bahrein han llegado hoy rumores de que tanques saudíes habrían llegado al país para controlar las revueltas, según publicaba la prensa egipcia, algo que se ha negado desde Arabia Saudí. En Bahrein, el 70% es de religión chií, aunque el poder lo ostentan los suníes, religión mayoritaria en Arabia Saudí.
La sensación de inestabilidad se ha acrecentado tras el arresto de Tawfig al Amir, un clérigo chií, por haber pedido una monarquía constitucional e igualdad de derechos para la minoría chií en Arabia Saudí, según Human Rights Watch.
Las bolsas sufren
Todo este cóctel de inestabilidad en el país ha hecho que el principal indicador del país, el Tadawull All Shares Index, cerrará hoy con una caída del 6,8%, tras haber llegado a perder por momentos más de un 8%, la mayor caída desde diciembre de 2008. El índice ha caído un 18% desde que comenzaran las protestas en Túnez y acumula 12 jornadas consecutivas a la baja, la peor racha desde 1998.
"Arabia Saudí ejemplifica que el riesgo geopolítico permanece sin resolver", explica Omair Ansari, estratega en Gulfmena Alternative Investments, a Bloomberg. "Sigue habiendo rumores de protestas dentro del reino entre el 11 y el 20 de marzo, lo que nos da inestabilidad, incluso aunque no se hagan públicas. Los mercados continuarán capitulando".
El informe al que ha tenido acceso la CNBC no da previsiones sobre los mercados o los bonos, pero si especula con que el nivel de 120 dólares será mucho más difícil de batir que los 100 dólares. Pero si lo rompe, y los problemas internos del reino permanece, la reacción del mercado será "severa".