La cantidad suministrada por el Banco Central Europeo (BCE) en las cinco últimas jornadas de las que hay datos disponibles alcanza ya los 74.630 millones de euros, la mayor desde las semanas posteriores a la quiebra de Lehman Brothers.
La facilidad marginal de crédito del BCE, que actúa como ventanilla de financiación de emergencia en la que los bancos europeos consiguen préstamos a un día, sigue funcionando a un ritmo anormalmente alto. Ayer, y según los datos difundidos hoy la institución, atendió unas peticiones de 14.597 millones de euros, 24 veces por encima de la media diaria registrada desde que el BCE se hizo cargo de la política monetaria de la zona euro en 1999. Ese promedio se sitúa en 600 millones.
La de ayer fue la quinta jornada consecutiva en la que la entidad presidida por Jean-Claude Trichet debió emplearse a fondo como prestamista de último recurso. Y no debería haber una sexta. Dicho de otro modo, los datos que se conozcan mañana, correspondientes al día de hoy, deberían reflejar un retorno hacia las cifras habituales.
Si, como esperan fuentes del mercado, se produce ese descenso, se confirmaría la hipótesis de que el repunte de la actividad de las últimas jornadas se debió a que alguna entidad se equivocó en la operación de financiación a siete días que llevó a cabo el BCE el 15 de febrero. Bien porque pidió menos dinero del que necesitaba, bien porque no presentó unas garantías válidas, el caso es que ese banco se quedó corto de liquidez y no le ha quedado otro remedio que acudir a la ventanilla de financiación diaria para obtener ese dinero. Y eso pese a que esos préstamos cargan con un interés de penalización, que ahora se encuentra en el 1,75%, mientras que el precio oficial del dinero está en el 1%.
¿Y si la demanda permanece alta? Esta posibilidad, remota según distintos operadores del mercado de financiación bancaria, refrendaría que, en efecto, alguna entidad europea está atravesando unos problemas de liquidez tan serios que debe conectarse diariamente a la ventanilla de emergencia del BCE para solventarlos.
