¡Sálvese quién pueda! Durante los próximos siete días, los principales inquilinos de Wall street darán a conocer los temidos resultados de su tercer trimestre fiscal. La tensión es notable porque las cuentas de estos bancos podrían arrojar luz sobre el alcance de la crisis. Y por si fuera poco la Fed se reúne esta tarde y las previsiones apuntan a que bajará los tipos en un cuarto de punto.
De momento, los analistas ya han echado mano del bisturí y han recortado drásticamente sus previsiones, pero la hora de la verdad se acerca y el panorama no es nada halagüeño.
Las cuatro entidades de inversión más grandes de Estados Unidos, Goldman Sachs, Morgan Stanley, Lehman Brothers y Bear Stearns, se encuentran en el punto de mira de todo el mundo a la espera de determinar si estos bancos ha sucumbido a la marea desatada por las hipotecas de alto riesgo. La industria financiera, en su conjunto, incluida la banca comercial, supone un cuarto de las compañías que cotizan en uno de los índices más importantes del mundo, el Standard & Poors 500.
Adiós a lo positivo
Tanto los inversores como los economistas necesitan determinar si las entidades de este importante sector son lo suficientemente fuertes como para devolver la estabilidad a los mercados. "La incertidumbre que pende en el mercado desaparecerá cuando se conozca el impacto real de las crisis. Esta semana comienza la publicación de las cuentas de los bancos de inversión y creo que serán decisivos", explica Marisa Mazo, directora de análisis de Ahorro Corporación.
Desde luego, nadie espera sorpresas positivas. Para Gregg Hernández, analista de Nasdaq Intelligence Desk, los grandes bancos se preparan para que sus cimientos se tambaleen. "Mientras otros sectores no se han visto en absoluto afectados por la crisis, los próximos resultados trimestrales pondrán de manifiesto los efectos de las subprime en la industria financiera", explica Hernández durante una conversación telefónica con elEconomista.
Las previsiones indican que las principales compañías financieras presentarán pérdidas de un 20% de media, a excepción de Bear Stearns, que podría precipitarse hasta un 31%. Cabe recordar que la cuarta entidad financiera más grande de Estados Unidos ha sido una de las más damnificadas por el descalabro provocado por las hipotecas de alto riesgo. Dos de sus hedge funds con grandes inversiones han echado el cierre ante las pérdidas registradas mientras la compañía se ha visto forzada a despedir a cerca de 850 empleados de su filial hipotecaria.
Las pérdidas que se esperan
En una encuesta entre varios analistas realizada por la agencia de noticias Bloomberg, se asegura que las pérdidas de Bear Stearns podrían superar el 41%. "Sus comentarios en cuanto a la exposición a los mercados de crédito serán determinantes para una recuperación de la confianza. Actualmente nos enfrentamos más a una crisis de confianza que a una crisis de liquidez -dinero hay, sólo hace falta que fluya-, y para eso es imprescindible que se restablezca", dice Renta 4.
Por su parte, Lehman Brothers caería alrededor de un 5,1% y Morgan Stanley haría lo propio hasta dejarse cerca de un 11%. Sorprendentemente, el que podría equilibrar este cúmulo de pérdidas podría ser Goldman Sachs, cuyos beneficios podrían dispararse alrededor de un 33%, alrededor de mil millones de dólares, tras la venta de Horizon Wind Energy LLC. Según los expertos será esta entidad la que amortigüe el golpe y evite pérdidas que podrían superar el batacazo financiero sufrido hace seis años.
Desde JP Morgan, el analista Kenneth B. Worthington, aseguraba en un informe que "los inversores se mostrarán más satisfechos si los principales bancos financieros presentan beneficios más bajos". Aunque a primera vista esta afirmación carezca de lógica, lo cierto es que para Worthington los inversores prefieren que las entidades sean honestas desde el principio.
En el caso de que las principales firmas de Wall Street registraran un crecimiento de sus beneficios, los accionistas asumirían que dichas entidades "han manipulado las cuentas retrasando la verdadera hecatombe para próximos trimestres". Esperemos que los bancos financieros a este lado del Atlántico no dejen para mañana lo que pueden comenzar a solventar hoy.