
Una nueva bomba de relojería llega hoy a las librerías estadounidenses bajo la forma de autobiografía del ex presidente de la Reserva Federal (Fed), Alan Greenspan. Sorprendentemente, el economista más influyente del mundo no se muerde la lengua y sus memorias prometen ácidas críticas contra la administración de George W. Bush.
De momento, y pese a su inclinación republicana, Greenspan ya ha hecho tambalear los cimientos de la Casa Blanca afirmando que el principal motivo de la invasión iraquí fue el petróleo.
Como bien indica el título de su vida, La era de las turbulencias: aventuras en un nuevo mundo, el que posiblemente ha sido el banquero central más famoso de la historia se muestra bastante "triste" al reconocer que "la invasión de Irak en marzo de 2003 estuvo provocada por el petróleo".
Para añadir mas leña al fuego, el ex presidente del banco central de EEUU realiza un severo repaso a los últimos años de Gobierno del partido republicano y al liderazgo del George Bush. Greenspan afirma que los conservadores se merecieron haber perdido el poder en ambas cámaras del Congreso después de haber "abandonado su disciplina fiscal".
En lo que se refiere a la burbuja inmobiliaria, Greenspan atribuye este fenómeno al fin de la era comunista. Las predicciones de este mago de la economía no son nada halagüeñas, ya que afirma que la artificial situación de la vivienda ha destruido millones de empleos en los mercados de todo el mundo, algo que ha impuesto una pesada losa sobre los salarios y los precios, lo que pasará factura en los tipos de interés a largo plazo.
Según recogía el Wall Street Journal, que se hizo por adelantado con una copia del aclamado libro, la Fed deberá subir los tipos de interés hasta alcanzar porcentajes de dos dígitos para 2030 si desea mantener a raya la inflación. De lo contrario, advierte del riesgo de que ésta se podría disparar hasta el 5 por ciento.