
¿Es posible que las naciones de la Eurozona emitan bonos de forma conjunta en vez de buscar financiación en los mercados individualmente? La idea, muy controvertida, estaba el jueves en boca de los líderes europeos reunidos en una cumbre en Bruselas.
La crisis de la deuda soberana en la Eurozona ha provocado un encarecimiento desorbitado de los bonos de los países socios cuya capacidad para enderezar sus finanzas públicas es puesta en duda por los mercados, preocupados en especial por Grecia, Irlanda, Portugal y España.
Al crear los eurobonos, asociando las deudas de países fuertes y débiles, sus partidarios estiman que se protegería a los segundos, logrando colocar sus obligaciones a una tasa de interés razonable en los mercados.
Jean-Claude Juncker, jefe del Eurogrupo, el foro que reúne a los ministros de Finanzas de la zona euro, es el mayor abanderado de esta idea para acabar con la desconfianza de los mercados y lograr la estabilidad de la que la unión monetaria gozó desde su creación en 1999 hasta que se desató esta crisis diez años más tarde.
Pero el principal problema para su creación son las reticencias de Alemania, cuyas obligaciones son las más sólidas y gozan de las tasas más bajas de toda la Eurozona y no está dispuesta a poner en peligro lo que estima una merecida compensación por su desempeño económico y disciplina fiscal.
"Con los eurobonos, no se solucionarían las debilidades de Europa, sólo lograríamos transmitirlas a todo el mundo. Y los Estados endeudados no tendrían ninguna presión para sanear sus cuentas públicas", declaró el jueves al diario alemán Bild Zeitung la canciller alemana, Angela Merkel.
Pero el debate se intensifica en Europa.
"Es una idea que sigue su camino", declaró el primer ministro belga, Yves Leterme, cuyo país ejerce este semestre la presidencia rotativa de la UE.
"La decisión no será tomada en los próximos días o semanas, pero es un elemento inevitable que un día verá la luz", auguró Leterme.
Para su ministro de Finanzas, Didier Reynders, la Eurozona, al crear en mayo un fondo de rescate con garantías de sus países miembros a una tasa de interés media para socorrer a un socio en apuros, ya puso en marcha una forma de eurobonos.
Ese fondo, de 440.000 millones de euros, fue utilizado para sufragar una parte del salvavidas financiero tendido en noviembre a Irlanda para evitar el hundimiento de su sistema bancario.
Mientras la creación de euro-obligaciones fue apoyada además por Portugal e Italia, el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, trató de explicar por qué la idea puede resultar poco interesante para los Estados sin problemas para financiarse en los mercados.
"Preocupa el hecho de que países con buenos datos económicos y estabilidad fiscal puedan experimentar un encarecimiento" de su deuda, dijo Reinfeldt.
El Parlamento Europeo pidió en cambio que la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, que se prolongará hasta este viernes, envíe "una señal política necesaria para que la Comisión Europea estudie la creación de un sistema de eurobonos".
Pese a su firme rechazo, Merkel dejó una puerta entreabierta.
"No hablo de asuntos que no existen. Los eurobonos no son compatibles con el Tratado actual de la UE. Pero, naturalmente, Europa siempre debe evolucionar", dijo al Bild Zeitung la canciller.
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