
Desde que a finales de octubre Santander anunciara que no alcanzará el objetivo de los 9.000 millones de euros en el presente ejercicio, las previsiones sobre su beneficio para los tres próximos años se han ido deteriorando. En este periodo, las previsiones de los expertos para los beneficios del banco del próximo trienio han caído en 1.100 millones de euros.
En concreto, ahora se espera que en 2011 y 2012 el banco cántabro logre un beneficio un 4,45 y un 4,6 por ciento respectivamente inferior al que se vaticinaba hace algo más de un mes, hasta los 9.820 millones de euros y los 11.560 millones de euros, respectivamente. Para 2013, la caída es más leve, 0,73 por ciento, hasta los 12.046 millones.
Pero la brecha se hace más amplia cuando se compara con las expectativas que el consenso de mercado tenía a finales del pasado año y las que presenta ahora. En lo que va de año, las previsiones acerca del beneficio del Santander para el próximo año han descendido un 12,3 por ciento, al tiempo que para el año 2012 ha bajado un 11,9 por ciento.
Los expertos no lo dudan y apuntan en la misma dirección para justificar sus recortes de valoración en Santander: la tensión que se instaló en el mercado de deuda española y que ha llevado a marcar un nuevo máximo histórico casi a diario en la prima de riesgo. De hecho, el diferencial entre el bono español y alemán a una década llegó a superar los 300 puntos básicos. De modo que el calendario ha jugado en contra de la entidad. Desde que la entidad modificara a la baja sus perspectivas para 2012, la rentabilidad del bono español se ha incrementado del 4,2 por ciento hasta el 5,5 por ciento, alcanzando máximos históricos en dicho periodo.
Ello se ha visto reflejado en su cotización. Y es que los inversores, ante la desconfianza de la marca España, se lanzaron a la venta de títulos de Santander, que en el mes de noviembre, uno de los peores meses para el Ibex 35, retrocedió casi un 21 por ciento. Sin embargo, parece que muchos de ellos han recuperado la confianza en la entidad en el mes de diciembre, cuando las dudas sobre la viabilidad de España parecen haber encontrado un alto en el camino. De hecho, los títulos de la entidad cántabra acumulan sólo en ese mes revalorizaciones superiores al 15 por ciento.
Con todo, su recomendación se ha mantenido estable en este periodo sin apenas haber sufrido un deterioro. Por el momento, la media de analistas que recoge la consultora FactSet aconseja mantener los títulos en cartera.
Su valoración se deteriora
Su precio objetivo, sin embargo, sí ha sufrido los efectos de la crisis española. En concreto, la media de analistas lo ha rebajado un 9 por ciento, hasta los 10,7 euros por título. No obstante, su potencial de revalorización aún es alto, 26 por ciento.
Ninguno de los analistas que forman parte del consenso que recoge FactSet elevó el precio teórico del Santander durante noviembre. No obstante, entre las firmas más severas a la hora de rebajar la valoración a la entidad están Unicredit Markets y La Caixa. En concreto, la primera ha bajado el precio teórico un 26,7 por ciento, hasta los 8,8 euros, mientras que la segunda lo ha hecho un 20 por ciento, hasta los 10,7 euros. BPI también ha sido duro con el Santander y, pese a que mantiene la valoración por encima del consenso de analistas, le ha castigado al bajársela un 17,5 por ciento, hasta los 12,1 euros.