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Eurozona busca reforzar su ofensiva para defenderse de mercados inquietos

Los ministros de Finanzas de la Eurozona estudiaban el lunes cómo apaciguar los temores de los mercados frente a la crisis de la deuda, pero se mostraban divididos sobre la necesidad de adoptar medidas radicales, como ampliar el Fondo de rescate o emitir 'eurobonos'.

A su llegada a una reunión en Bruselas, la mayoría de ministros se dijo presto a trabajar por devolver la estabilidad en la Eurozona, pero una propuesta de su jefe de fila, Jean-Claude Juncker, secundada por Italia, de crear 'eurobonos', emisiones de deuda conjunta, suscitó poco entusiasmo.

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, se mostró escéptico al recordar que los Estados de la Unión Europea (UE) ya "rechazaron" en mayo una propuesta similar, mientras que la titular española, Elena Salgado, dijo que si bien era una idea "a explorar" en ningún caso podría ser "inmediata".

Desde Berlín, la canciller alemana, Angela Merkel, expresó también su rechazo a los euro-bonos, que a su entender castigarían a su país, locomotora económica de la zona euro cuyas obligaciones gozan de las tasas de interés más bajas de la unión monetaria.

Juncker y el ministro italiano de Finanzas, Giulio Tremonti, relanzaron en una tribuna publicada el lunes por el Financial Times (FT) la idea de crear 'euro-bonos', como una forma de proteger a los países más frágiles, como Irlanda y Portugal, enfrentados a un encarecimiento histórico de sus emisiones de deuda.

"Creemos que (...) sería una respuesta fuerte, creíble y que llegaría en el momento oportuno frente a la persistencia de la crisis" de la deuda soberana, defendieron ambos responsables.

Pese a una cierta recuperación en los mercados, gracias a que el Banco Central Europeo (BCE) aceleró la semana pasada la compra de obligaciones portuguesas e irlandesas, siguen palpables los temores de que tras los rescates de Grecia e Irlanda, otros Estados como Portugal y España, cuya capacidad para reducir sus déficits ponen en duda los mercados, deban pedir ayuda financiera.

En ese caso, la dotación del Fondo de rescate aprobado en mayo para los países en apuros de la Eurozona, de 440.000 millones de euros, además de una contribución de 250.000 millones de euros del Fondo Monetario Internacional (FMI) y 60.000 millones de la UE, sería, según los expertos, insuficiente.

Aunque Lisboa y Madrid no se cansan de repetir que no necesitan ninguna ayuda internacional y que no hay ningún riesgo de contagio en la zona euro, los llamamientos para una respuesta política convincente se multiplican.

El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, que estima haber asumido sus responsabilidades al seguir comprando obligaciones públicas, se ha mostrado partidario de que los líderes europeos aprueben ampliar el Fondo de rescate, cuya validez es hasta mediados de 2013.

Pero sobre esa posibilidad los ministros se mostraron prudentes: "Creemos que es un poco prematuro pensar que a lo mejor nos quedamos sin fondos", defendió el ministro holandés de Finanzas, Jan Kees de Jager.

También Salgado estimó que no es el momento de estudiar este asunto, si bien admitió que la cuestión podría emerger durante la cita en Bruselas, a la que asistirá el director general del FMI, Dominique Strauss-Kahn.

La reunión de los 16 ministros de la Eurozona se ampliará el martes a los 27 titulares de la UE, que prevén aprobar formalmente el rescate de 85.000 millones de euros para Irlanda, tras los 110.000 millones de euros aprobados en mayo para Grecia.

La crisis de la deuda pública estalló en Europa como consecuencia de la hecatombe financiera mundial, que forzó a los Estados a lanzar multimillonarios planes de rescate y reactivación económica, a la vez que dejó al descubierto las fragilidades estructurales de varios países, como la mala gestión de las finanzas públicas en Grecia o la burbuja inmobiliaria sobre la que descansaba la bonanza económica de Irlanda.

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