Una vez que ambas juntas extraordinarias de accionistas aprobaron la fusión, primero en Londres y acto seguido en Madrid -una casi improbable sorpresa podría dar al traste con la operación- se inició la cuenta atrás para que ambas aerolíneas coticen juntas.
Existe un metódico calendario que culminará en un primer término el 21 de enero, con la suspensión de cotización de las acciones de Iberia y de British Airways. Tres días después, el 24 de enero de 2011, la nueva IAG despegará en los parqués. En menos de un mes, la integración será una realidad.
Entonces, habrán pasado más de quince años desde que unos auténticos desconocidos se pasearan por la madrileña calle de Velázquez 130 con el sueño de fusionarse.
Fue a mediados de los noventa. Un alto ejecutivo de British Airways visita por primera vez la sede de Iberia en la madrileña calle de Velázquez. Le acompaña el por aquel entonces director general de la aerolínea británica en España, Fernando Suárez de Góngora. Cuando bajaban del coche, tenían miedo a que les reconocieran, porque se podían disparar los rumores del interés de BA por comprar la aerolínea española. A día de hoy hubiese sido una imprudencia imperdonable, pero en ese momento eran unos auténticos desconocidos y regresaron a Londres sin levantar ninguna sospecha.
El inicio de una bonita amistad
Probablemente, esta primera reunión fue el comienzo de una bonita amistad, que 15 años después va a acabar en boda. Y es que el próximo 24 de enero la nueva International Airlines Group (IAG) comenzará a cotizar, lo que marcará el pistoletazo de salida de la nueva Iberia-British Airways.
El ágape llega en un momento en el que Iberia está muy cercana a su máximo anual, que logró el pasado 4 de noviembre al alcanzar 3,295 euros. De esta privilegiada situación son pocas las compañías que pueden presumir. Sólo Inditex estaría todavía más próxima a su récord del año, ya que el pasado viernes cerró a 58,24 euros, cerca de su techo anual, fijado en 60,28 euros.
Desde comienzos de 2010, la cotización de la aerolínea española vuela con velocidad de crucero y el valor de la acción se ha incrementado más de un 70%, lo que la convierte en la mejor compañía de 2010. Pese a este crecimiento, la acción de Iberia parece que no ha tocado techo y el consenso de mercado le concede una recomendación de compra, un codiciado ajuar que no tenía cuando comenzó sus conversaciones con British Airways.
Récord en 4,11 euros
Es cierto que hubo mejores momentos para la acción de Iberia, cuando llegó a cotizar a 4,11 euros el 16 de abril de 2007, su máximo histórico, pero todo tiene una explicación. La justificación para que se disparara el valor fue bastante lógica. El fondo de inversión norteamericano Texas Pacific Group (TPG) había mostrado su interés por la compañía y después de aliarse con British Airways y de llamar a la puerta de varios inversores españoles lanzó una atractiva oferta de 3,6 euros por título. Iberia no hizo caso, porque decía que su acción valía por lo menos 4 euros.
Casualidad o no. Ahora, el precio objetivo que ofrece el consenso del mercado alcanza esa mítica cifra: 3,6 euros, lo que significa aumentar un 40% las estimaciones desde comienzos de año. Unos dígitos que superan ampliamente el precio objetivo de Iberia el 29 de julio de 2008, cuando la CNMV recibió una comunicación oficial de ambas aerolíneas asegurando que estaban en negociaciones para su fusión.
En ese momento, Iberia obtenía por parte del consenso del mercado un precio objetivo de 2,19 euros, mientras que el de la británica era de 2,78 euros.
Durante los 850 días posteriores a este anuncio, en ningún momento Iberia se ha quedado sin potencial, pues tanto el precio de cotización como el objetivo han ido de la mano hasta los 3,6 euros que estima el consenso de analistas.
La trayectoria de BA
En el otro lado del altar, la aerolínea británica también ha conseguido que su precio objetivo se revalorice durante el proceso de integración con Iberia un 35%. British Airways ha conseguido que el consenso de mercado mejore su recomendación.
Así, de una clara venta que tenía en 2008, ahora obtiene un consejo de compra. La evolución en bolsa en el actual ejercicio tampoco es nada desdeñable y los títulos del gigante con sede en Heathrow se han revalorizado en más de un 40%.
Lo que está claro es que el noviazgo no ha sido cosa de un flechazo. Antes de que Texas Pacific Group y British Airways se interesaran por Iberia, el gigante británico ya había establecido una estrecha relación con la compañía con sede en Barajas. Su historia de amor comenzó formalmente en el año 1999 -tal vez marcada por aquella visita de incógnito de mediados de los noventa-, cuando la aerolínea dirigida hoy por Willie Walsh entró en el accionariado de Iberia con la compra del 10% de las acciones, junto con su socia trasatlántica American Airlines.
Salida a bolsa
La operación se confirmaba meses antes de que la compañía de bandera española saliera a bolsa ese verano. Antes, la intención del Gobierno fue crear un núcleo duro de confianza y consistente para evitar que la estabilidad de la compañía aérea se zarandease en su intento de volar sin el paracaídas del Estado. Así, un grupo de socios institucionales pasaron a controlar casi el 40% de la aerolínea, incluyendo la participación de la Sepi (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales).
Poco a poco, ese núcleo duro ha ido desapareciendo, hasta quedarse en la participación de la Sepi, la de British Airways (que subió hasta el 13%) y un pequeño porcentaje del 3% que posee El Corte Inglés. El caso más evidente fue la venta de la participación que BBVA y Logista tenían en Iberia. Cada compañía colocó su 6,99% y su 6,42% respectivamente a Caja Madrid, que de controlar el 10% se llegó a convertir en el máximo accionista, con el 23,42%.
¿A qué no saben a que precio vendieron estas acciones? Pues a 3,6 euros. El precio objetivo que hoy marca el consenso de analistas ha sido la cifra fetiche que ha marcado la historia de la compañía aérea.
Tal vez en ese momento, la entidad financiera presidida por Rodrigo Rato no pensaba que tras la fusión de Iberia y British Airways se convertirá en el mayor accionista del grupo, ya que tras aplicar la ecuación de canje controlará el 12% de la nueva International Airlines Group (IAG).
La operación de intercambio accionarial da a los antiguos accionistas del gigante británico un 56% de la nueva compañía, mientras que el restante 44% estará en manos de los socios españoles, un porcentaje que ni los más optimistas pensaban en el verano de 2008. En ese momento, se llegó a hablar incluso de un 66%-34% a favor de British Airways. El potencial de la T-4 de Barajas y la caja de Iberia han sido claves en este vuelco.