
La imparable escalada del precio de la onza de oro está llevando a las grandes cadenas de joyerías a reducir la cantidad de oro en sus diseños. Es más, como apunta The Wall Street Journal en un artículo, las firmas están recurriendo a metales menos caros como el tungsteno.
Pese a que esta última época del año se les está poniendo cuesta arriba a los joyeros, éstos buscan darle un impulso a la industria para recuperarse de los resultados anémicos de los últimos años.
La creciente popularidad del oro entre los inversores preocupados por la inflación y la caída de las divisas han hecho que el mercado del metal dorado dependa mucho menos de la demanda de las joyerías.
Durante los tres primeros trimestres de este año, según GFMS Ltd (que hace un seguimiento de este sector), la joyería representó 52% de la demanda de oro, por debajo del 73% de 2005. En términos de tonelaje, el oro utilizado por los joyeros disminuyó un 35% entre 2005 y 2009.
Por ejemplo, como recoge el diario estadounidense, Ben Bridge Jeweler, una división de Berkshire Hathaway, la firma de inversión de Warren Buffett, está vendiendo más productos de plata y platino.
Así, ahora vende anillos de matrimonio de cobalto y tungsteno en sus 73 tiendas, un producto mucho más asequible. Por ejemplo, un anillo de oro de matrimonio para hombre de la talla 9 se vende por 750 dólares mientras que el mismo modelo en tungsteno cuesta 279.
Pero no sólo es una cuestón de precio, ya que los cambios en la industria también vienen motivados, en parte, por la moda. "Algunos joyeros están rotando los estilos de los productos con mayor frecuencia e invirtiendo en nuevos inventarios para hacer que los consumidores vuelvan a sus tiendas", explica David Lamb, director operativo de joyería en el World Gold Council, un grupo que representa a empresas mineras, al WSJ.
Las tiendas deben ser capaces de mantener los precios en ciertos niveles, porque los consumidores no parecen dispuestos a pagar más por lo que ven como artículos de lujo. Así las cosas, el objetivo de las grandes joyerías está claro: limitar el impacto sobre los consumidores puede terminar siendo fundamental para la salud de la industria.