El inversor particular siempre se ha fijado en el dividendo que ofrecen las empresas, pero ahora, con la cotizaciones muy bajas, los inversores institucionales también los reclaman.
Todos tenemos en mente la figura del accionista de avanzada edad que acude a la junta de una empresa y en el turno de intervenciones siempre reclama un aumento del dividendo a repartir. Esta imagen, lejos de convertirse en una caricatura, podemos decir que se ha extendido a todos los inversores, tanto particulares como institucionales. Las bajas cotizaciones de las empresas han hecho que los potenciales compradores se fijen más en la rentabilidad por dividendo. Y en ese aspecto, la bolsa española ha alcanzado cuotas récord.
Los dividendos de las empresas españolas son altos respecto a sus valores actuales de cotización, pero ¿se trata una moda pasajera? Este es el tema que se abordó en el Observatorio Financiero elEconomista-Criteria Caixa Corp. que se celebró en Barcelona el pasado martes y que contó con la presencia de expertos en el tema.
El director en Cataluña de Renta 4, Xavier Teixido, lo tiene muy claro. "El inversor siempre pregunta qué rentabilidad me da la compra de una acción y no le importa si la rentabilidad viene por el dividendo o por la revalorización", asegura. Por ese motivo, las empresas deben "cuidar a sus accionistas con una buena política de dividendos y, sobre todo, dar estabilidad al inversor". Teixido destaca que "en los años 80 hubo empresas que dejaron de pagar dividendos y luego lo pasaron muy mal".
La responsable de la relación con inversores de Criteria <:CRI.MC:> Caixa Corp, Estel Martín, asegura que "nosotros tenemos una base accionarial formada por 300.000 accionistas y lo que más valoran de nosotros es el dividendo". Por ese motivo, Criteria asegura una política estable de dividendo y ha decidido "realizar pagos trimestrales". Sin embargo, en su opinión, lo destacable es que " en estos momentos de tipos bajos de interés y alta volatilidad, el accionista institucional también está queriendo tener su dividendo estable".
El director de relaciones con los inversores de (ABE.MC), Steve Fernández, considera que la alta rentabilidad por dividendos que ofrecen las empresas del Ibex 35 se debe a que "las compañías llevamos años trabajando en ello y la situación actual es el fruto de ese trabajo". Considera que "los dividendos son bastante sostenibles, no son un espejismo" y señala que la mayoría de empresas, "excepto Repsol", han mantenido una "política de mantenimiento que da credibilidad al inversor".
El director general de GVC Gaesco Gestión, Jaume Puig, vaticina un futuro incluso mejor. "Los dividendos se están manteniendo gracias a los altos beneficios de las compañías, las empresas tienen capacidad de pago" y destaca que en sectores como el de las telecomunicaciones "el flujo de caja libre que tienen es de la mitad de sus ingresos. En otros sectores, como el de las utilities, ese flujo es algo más ajustado, igual que en el caso de los dividendos de los bancos".
Reparto sostenible
De opinión similar es el subdirector general de Bolsa de Barcelona, Antoni Giralt. "En épocas alcistas no se tiene en cuenta la rentabilidad de la retribución, pero si hacemos una media de los último 20 años, la rentabilidad por dividendo en la bolsa española ha sido del 3,5 por ciento", explica. El año pasado el pay out de las empresas cotizadas en el Ibex 35 fue del 47 por ciento, por encima de la media histórica que es del 45 por ciento, pero por debajo del máximo del 55 por ciento que se alcanzó en 2008. "Este año el reparto de dividendo también será similar ya que en los primeros seis meses de 2010 el pago de las empresas a sus accionistas ha ascendido a 14.000 millones, una cifra muy semejante a la del primer semestre de 2009", argumenta.
Un aspecto clave para conseguir esas retribuciones es que "la mitad de los ingresos de las cotizadas españolas proviene ya de fuera de España". Más crítica se muestra la catedrática de Esade, Carmen Ansótegui, que se pregunta si las remuneraciones que las empresas han hecho durante los últimos años han sido suficientes. "Las empresas, con una política de tipos de interés bajo y libre acceso al mercado de capitales, se han endeudado y han acometido proyectos de baja rentabilidad en vez de repartir las retribuciones que deberían haber pagado a sus accionistas", argumenta. En su opinión, la misión de las empresas es generar dividendos para sus accionistas.
La economía siempre registra movimientos pendulares. Hace tres años, los inversores se fijaban mucho en la cotización y nada en el dividendo, ahora, con cotizaciones bajas y tipos de interés bajos, los inversores contemplan rentabilidades del 7 por ciento como una excelente oportunidad.
La banca privada ya invierte
Según Jaume Puig, "los inversores que más están realizando este desvío son los que operan a través de la banca privada, pero la gran mayoría siempre van detrás porque les da miedo la inestabilidad de las cotizaciones, y de esta forma pierden la oportunidad". De igual parecer es Giralt, "hay muy pocos fondos de inversión que paguen en función de los dividendos y de esta forma al pequeño inversor no le llega esta oferta". Ansótegui cree que las grandes entidades bancarias no informan al inversor.
Todos los especialistas coinciden en que la rentabilidad por dividendo en la bolsa española menguará en las próximos meses fruto del alza en las cotizaciones. "A mayor cotización, menor rentabilidad", afirma Puig, pero "el importe total que ofrecen las empresas será estable o incluso crecerá", asegura Giralt.