
Apostar al éxito de un filme en la taquilla es ahora posible: las autoridades estadounidenses han dado al fin el visto bueno al lanzamiento de productos derivados del cine, que provocó no pocas discusiones y divisiones internas y contra la opinión de los grandes estudios hollywoodenses.
Luego de muchos aplazamientos, la decisión de la autoridad regulatoria estadounidense de productos derivados, la CFTC, finalmente fue adoptada en la noche del lunes. Por tres votos contra dos, la CFTC permitirá a Trend Exchange, una de las plataformas bursátiles que hizo la solicitud, lanzar contratos a futuro basados en los ingresos que logre un filme en Estados Unidos durante el primer fin de semana de exhibición.
Estos contratos permitirán a los inversores comprar títulos estimando los ingresos que logrará el filme y registrar luego pérdidas o ganancias en función de las cifras reales.
Están destinados a atenuar los considerables riesgos financieros asociados a las grandes producciones, en base al modelo de productos que permiten a los agricultores protegerse de los riesgos que corren los cultivos, negociando contratos a futuro sobre sus cosechas de maíz o de trigo.
No gustan a todos
Estos contratos son considerados "materias primas", "no son susceptibles de ser manipuladas fácilmente" y sirven un objetivo económico de proteger contra el riesgo, concluye la CFTC, que se declaró en consecuencia competente para controlarlos.
Una conclusión no compartida por dos de los cinco miembros de la comisión, uno de los cuales, Bart Chilton, se preguntó porqué con ese criterio no "aprobar contratos sobre el terrorismo, o sobre la posibilidad de que una estrella de cine muera o quede minusválido, o sobre la posibilidad de que un ovni se estrelle sobre la Casa Blanca".
La CFTC, se apoya en la existencia de otros contratos a futuro basados en nociones no tangibles: sobre indicadores económicos, operaciones de fusión-adquisición entre dos empresas e incluso desastres meteorológicos.
¿Dañarían la reputación?
Tampoco la poderosa Asociación del cine estadounidense (MPAA), controlada por los grandes estudios de Hollywood logró convencer a la CFTC de los riesgos de uso de información confidencial con fines personales, ni de la posibilidad de que este tipo de contratos afecte la reputación de un filme ante la opinión pública o de los inversores, antes de su estreno.
El organismo regulador prefiere ver en esta iniciativa la posibilidad de que terceros que ayudan en la financiación de un filme puedan proteger su inversión.
La MPAA y una coalición que agrupa a las asociaciones de profesionales del cine y la televisión apelan ahora al Congreso.
Ojo al Senado
Un proyecto de ley prohibiendo este tipo de productos fue incorporado a la propuesta del Senado sobre la reforma financiera actualmente a consideración del cuerpo, pero el mismo debe ser confirmado por la cámara alta.
Son "54 palabras en un proyecto de 1.974 páginas", admitió Rob Swagger, presidente ejecutivo de Trend Exchange, en conferencia de prensa.
"Probablemente sea el mejor regalo que le hagan los miembros del Congreso a Hollywood en años. Es puramente clientelismo político", agregó Swagger, calificando su emprendimiento de "verdadera historia de David contra Goliath".
Sin embargo no pierde la esperanza de poder lanzar sus productos "en cuanto sea posible".