
Tokio, 20 may (EFE).- La economía japonesa encadenó entre enero y marzo su cuarto trimestre consecutivo de crecimiento, a un ritmo anual más acelerado del 4,9 por ciento, gracias al repunte de sus exportaciones, sobre todo hacia China.
La mejora de la demanda dentro y fuera de Japón, los buenos resultados empresariales, el ligero incremento del consumo y, sobre todo, el aumento de las exportaciones estuvieron detrás de ese dato macroeconómico, divulgado hoy por la Oficina del Gabinete.
El Producto Interior Bruto (PIB) de Japón creció un 4,9 por ciento entre enero y marzo en tasa anualizada y un 1,2 por ciento respecto al anterior trimestre, un resultado que alegró al Gobierno, si bien alertó de que la deflación sigue siendo la asignatura pendiente de la segunda economía del mundo.
"Refleja una recuperación estable de la economía", apuntó el ministro nipón de Economía, Naoto Kan, que volvió a pedir al Banco de Japón (BOJ) que se mantenga vigilante para poner fin a la fase de caída de precios que dura ya más de un año.
El ritmo de crecimiento de Japón entre enero y marzo es el mayor en los últimos cuatro trimestres, impulsado por las exportaciones a otros países de Asia.
Prácticamente la mitad del incremento del PIB corresponde al comercio de Japón, un país tremendamente dependiente de las exportaciones de sus multinacionales, y una quinta parte viene del consumo, que volvió a incrementarse frente al trimestre precedente aunque sólo tres décimas.
Las exportaciones, sin embargo, crecieron casi un 7 por ciento gracias a la fuerte demanda de Asia y sobre todo de China, cuyo voraz apetito ha permitido a los fabricantes japoneses del motor presentar resultados positivos tras un año de crisis.
En el año fiscal que concluyó en marzo, empresas como Toyota o Nissan aumentaron con fuerza su presencia en los países emergentes, especialmente en China, donde, por ejemplo, el tercer fabricante japonés incrementó sus ventas cerca del 40 por ciento, compensando sus caídas en mercados tradicionales como EEUU.
A la vez, en el primer trimestre del año real, pero último del ejercicio fiscal nipón, Japón aumentó sus importaciones en menor medida a sus exportaciones, un 2,3 por ciento; el gasto de capital de sus empresas subió un 1 por ciento, por segundo trimestre consecutivo, y la inversión en vivienda aumentó tres décimas.
Los incrementos experimentados por la demanda doméstica de Japón aumentaron el PIB en seis décimas mientras que la demanda externa lo hizo en siete décimas.
Japón vivió hasta mitad de 2009 su peor recesión desde el fin de la II Guerra Mundial, de la que parece haberse recuperado con cuatro trimestres consecutivos de crecimiento, con aumentos del 2,3 por ciento en abril-junio de 2009, 1,3 por ciento en julio-septiembre y 3,8 por ciento en el período octubre-diciembre del año pasado.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó ayer miércoles, en una rueda de prensa en Tokio, que la economía de Japón crecerá alrededor del 2 por ciento este año y el próximo, y que hacia finales de 2011 podría dejar atrás el fantasma de la deflación.
En esa misma línea van los cálculos del Banco de Japón, que prevé que la fase de caída de los precios concluya en 2011 después de tres ejercicios fiscales consecutivos de deflación.
El otro desafío de la economía nipona es, como el de muchos países industrializados, su elevada deuda pública, que supera el 200 por ciento del PIB, y contra la que el Gobierno se ha comprometido a luchar mediante una nueva estrategia que anunciará el mes próximo.
Patricia Souza