
Más de un inversor se pregunta ahora cómo recuperar el dinero perdido por culpa de su falta de control de riesgo y rechazo a todas las señales bajistas que nos mandaron los mercados europeos en las últimas semanas. Pues bien, a esta altura de la crisis no podemos hacer más que recordar las 3 reglas básicas de conducta para retomar el control de su cartera.
1- Reconocer su error: el dinero perdido está perdido y un inversor que no supo reducir su exposición a la bolsa está ahora en una ecuación de riesgo sin solución.
O aguanta la tendencia con el riesgo de enfrentarse a nuevas pérdidas que podrían terminar en una verdadera capitulación si la descapitalización supera el límite tolerable, o vende ahora con el riesgo de salir del mercado en la fase terminal del ajuste que se inició en abril.
El dilema no tiene solución, salvo la posibilidad de aprovechar un rebote para cubrir -por supuesto demasiado tarde- la cartera. En este último caso, el inversor reconoce ponerse fuera de juego hasta que el mercado intente una reconstrucción alcista. Esta estrategia tiene su coste si el precio de reincorporación es alto, pero tiene la ventaja de neutralizar la descapitalización. La cobertura se hace con futuros o CFDs. Si no tiene acceso a dichos productos, pues no tiene solución a su problema.
2- Reconocer que estamos en una crisis de sistema que tiene poco que ver con los fundamentales del mercado.
Desde varias semanas, Bolságora comenta el hecho de que la crisis se desarrolla en un entorno de datos económicos favorables y con resultados empresariales de forma general mejores que lo esperado. Pero estos factores no pudieron frenar la caída de confianza que nos viene de los bonos y que provoca un alza de la prima de riesgo incompatible con las valoraciones del mercado.
Sirve poco escuchar a los analistas fundamentales, cuyas herramientas de análisis no pueden captar la dinámica de la prima de riesgo y tampoco pueden integrar todos los cambios económicos que esperamos como consecuencia misma de la crisis de confianza. Volverán tiempos más favorables para el analisis fundamental pero mientras tanto las recomendaciones de inversión se quedan poco operativas.
3- Reconocer que la complejidad de la situación nos expone al riesgo de fracasar de forma recurrente si tomamos decisiones precipitadas basadas en una lectura política y/o ideológica de la crisis.
Mejor cortar estas especulaciones intelectuales e ir directamente al mercado y a las encuestas de sentimiento para captar las expectativas y recomponer sus decisiones de inversión.
Es el propio mercado el que nos mandó las señales de deterioro y es también el propio mercado el que nos mandará las señales de agotamiento bajista o, al contrario, de la posibilidad de que se cocine un cambio de la tendencia de fondo mucho más preocupante para la preservación del capital. Por eso no nos cansamos de recordar las referencias claves que son la única guía que tenemos para aproximar las expectativas de los inversores.
En este sentido, en tendencia no cambiará nada mientras no se pierdan de forma general los mínimos de febrero, esto es, el origen del último movimiento alcista en la mayoría de índices. Los que lo hayan perdido, como el caso del Ibex 35, deberían ser ahora los últimos de la lista a la hora de buscar una incorporación al mercado toda vez esa debilidad podría tener continuidad en un contexto de recuperación.
En cuanto observemos evidencias técnicas que apunten hacia la posibilidad de una reanudación de la tendencia alcista, lo recomendable es buscar aquellos mercados que se mostraron especialmente fuertes y en su último proceso alcista fueron capaces de romper los altos de enero, como es el caso del DAX 30 alemán o Wall Street.