Bolsa, mercados y cotizaciones

El fantasma de desplome bursátil sobrevuela los eufóricos inversores chinos

José Álvarez Díaz

Shanghai, 7 may (EFECOM).- Los mercados de valores chinos, Shanghai y Shenzhen, necesitarán a partir de mañana "agua y cabezas frías" si se quiere evitar que se acabe produciendo una fuerte caída, advirtieron hoy varios economistas en el diario oficial "China Daily".

Los inversores que participan en las bolsas chinas deben tener especial cuidado a partir de mañana, martes, cuando volverán a abrirse las puertas de los mercados nacionales, después de un parón vacacional (por el Primero de Mayo, hasta hoy incluido) y de que en el último cierre los índices de ambas alcanzasen máximos históricos.

El pasado 30 de abril, Shenzhen cerró con 10.865,06 puntos, y Shanghai con 3.841,27, mientras su índice de acciones de tipo A (con las que cotizan las principales firmas del país) no ha dejado de aumentar hasta un 40 por ciento, desde la caída del pasado 27 de febrero, que contagió a Wall Street y a los demás parqués mundiales.

Desde entonces, ambas bolsas han ido superando, uno tras otro, sucesivos máximos históricos, y en algunas ocasiones sus índices generales llegaron a aumentar hasta 5 puntos porcentuales en una sola jornada.

Esta sucesión de buenos resultados, a la que se sumó en los últimos meses un conjunto de exitosas salidas a bolsa (la más reciente la de CITIC Bank, participado en un 4,83 por ciento por el BBVA), no ha hecho más que añadir leña al fuego de la euforia de los inversores chinos.

Ya hay más de 91 millones de cuentas abiertas en China entre las firmas de corredores de bolsa y de fondos financieros, según la prensa, y cada día cerca de 200.000 personas deciden emplear parte de sus ahorros en el mercado de valores, a menudo sin conocer su funcionamiento y guiados por sus intermediarios o por rumores.

"No tenemos ninguna duda de que si el mercado de valores de China continúa disparándose, se establecerá un escenario para una violenta caída", señalaron los analistas de la firma BCA Research, en un informe reciente para sus clientes.

Los economistas del país asiático coinciden en que la burbuja bursátil china está creciendo, y entre ellos Xia Bing, director del Departamento de Finanzas del Centro de Investigación y Desarrollo del Consejo de Estado, aconsejó días atrás, en la televisión pública, que los inversores sean muy cuidadosos antes de tomar nuevas decisiones.

Hoy mismo los medios recogen la intención del gobernador del Banco Popular de China (banco central), Zhou Xiaochuan, de ordenar en los próximos meses nuevas subidas del coeficiente de caja en los bancos chinos, como medida para frenar el acelerado crecimiento económico nacional.

La última, de un 11 por ciento, se produjo en abril pasado, pero tampoco consiguió detener la creciente ebullición del mercado.

Algunos críticos señalan que una de las razones está en la manera irracional en la que la Comisión Reguladora del Mercado de Valores (CRMV) oficial está gestionando las salidas a bolsa en Shanghai y Shenzhen.

La CRMV debe autorizar todas las nuevas cotizaciones y establece el precio final para sus ofertas públicas de valores (OPV), en lugar de permitir, como en mercados mundiales más maduros, que las empresas decidan totalmente su rango de precios.

La influencia de la CRMV hace que tiendan a la baja los precios establecidos en las grandes OPV como las de los últimos meses (de los bancos CITIC Bank e ICBC o las aseguradora Ping An y China Life), lo que contribuye a que suelan superar los resultados previstos.

Esto contribuye a aumentar las expectativas irracionales de un gran número de inversores que desconocen los mecanismos del mercado, pero que participan en él seducidos por la promesa de multiplicar sus ahorros de manera rápida y fácil.

El efecto queda en evidencia ante los casos de dobles OPV en Shanghai y Hong Kong, ya que con frecuencia las acciones que se venden en Shanghai tienen precios bastante menores que en la región autónoma especial, como ocurrió con China Life y Ping An.

En su esfuerzo por estabilizar sus dos mercados de valores nacionales, cuya burbuja bursátil no deja de crecer, China está tratando de animar a sus compañías de mayor calidad, que a menudo ya cotizan en otros parqués como Hong Kong o Nueva York, a que también participen de las bolsas chinas para absorber el exceso de liquidez.

Además la CRMV está trabajando en establecer mecanismos para permitir a las empresas extranjeras cotizar en Shanghai y Shenzhen, una medida en la que ya se han mostrado interesadas grandes firmas internacionales como HSBC Holdings, la mayor entidad bancaria europea, o Bank of East Asia. EFECOM

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